viernes, 28 de diciembre de 2012

CANTO A LA LUNA LLENA: SU LUZ BLANCA (de Algo Como Eso)

 
 







(desde: Algo Como Eso)



CANTO A LA LUNA LLENA: SU LUZ BLANCA





Ay Lunita qué mareas exorbitas?
no me digas nada ya la carne no nos dice:

La azulina luz violeta el encanto
aquellas esperas cansadas
cuando reservados apuros
agitas tu blanquesina masa eclíptica
queso rancio o cariño amargo o despedida.

Esas hipérbolas elípticas atraen
aguas tedio filitas descubiertas sombras
movedizas que atrapan
como ratoneras en la peneca:
Esa desazón celestial que retiene
a la vera y rescuajado o en el quicio de la gloria.

Las monedas ofertorio restablecen la actuación
de tu destino más público más indiferente
el clamor de los esfuerzos.

Las movidas La eclíptica que hasta al sol aturde
en noches ciertas y seguras.

Ya no suenan los salones signos de tibieza
espejos de ciudadana certidumbre
tintineos de plata rumores para otra vida
donde hasta Júpiter aparece embobado y sacudido.

Rodeada de cortinas atrapes espejos ciegos
baratas arranconas copas de dama
alineadas blancuras saques duchas completamente
asequibles en la búsqueda nubes y arreboles
encuentros abiertos al calor
de la verdad-mentira:
a la humedad de la vida
a lo duro del camino Dios bendiga.

Tanto encuentro en la noche ciudadana tanto horizonte
tantos grados a la izquierda de la plaza.

Ven deambular la carrera de ardores
turbios y radiantes o contritos
o tal vez solo presientan el vacío
el reservado instante en que te espejas
y apaga y troca-penas y ansían tiempo
privado bajo la escalera o certezas
y al carajo lo indeciso
lo que jamás llegará a ser como orquídeas
o cicutas o viajeras que se oculten
que se alarguen
esperaría si pudiera
más que un sueño o lumen de lumine
las más oscuras persistencias.

Tantu mergo esa estéril la sagrada
virginizadas sombras en plegarias
el tío Ulises tan atento
tan adecuadas sotanas y ritos
o jolgorio astuto y prudente
lo más litúrgico del encanto
tan preparados esos privados que arrumbas
exacciones a la vida o la culebra en círculo
trilla los ritos de encaje y certidumbre
como recién encendida lámpara o frenética
el repliegue y la tormenta de miradas
roces pestañeos roces toques y cillos
lentejuelas ya sin que descargas en el vuelo
parroquianos roces sacratísimos
la promesa de exterminio roces irredentos
jadeos de hace mucho
llegados al juego esperado más roces
porque solo los roces jarabean y te imploran
palpan a tiempo interrupto o descubren
tu enojo no mentido sacro y puro.

Cierto que lo somos, pero hay que tenerse, no?

Y sopesan agarrar la luna con la mano
el sumergimiento carísimo dulce sudoroso
o tal vez vayan a lo húmedo a lo cierto
¿quién pudiera?
esa tensión de tu sombra profunda
y rasurada o diestra en vela
esa tiesura que la Yurla
prueba las glosas y aprueba el exterminio
dando brillo al carcelero que pretende.

Porque eres suavecita dices

¿Cuántos años hace toda la vida
el vértigo como huidas y reflejos observantes
y desasidas dulces tonterías
patéticas dudas secretos clamores
brillos amarillos en lo pleno de lo oscuro?

Ruletas el destino
belcebúfico benéfico querúbico
o la cierta estrella más seráfica
y una que otra a la rusa
Ay torva y seca o luzbelante sabia
Ah mueca rígida donde el ensueño
crispa subterfugios y movidas
sonríes ya frígida o cansada
tanto la Luna en pastizales
el harem de Baudelaire u otro experto
de la vida?

No

Aquí Karina o Penumbra
quisiera
y yo morir de amores y esparcido
como lámpara extinguida o desazón despierta
tras cucarachas curiosas y grillos compañeros
o platos de felpa y espejos de sonidos
puertas correderas y sofás humos.
En la noche y día.

Como lámpara como olor de pena
o brillo y carencia.

Sabes que dos vasos
subvertirás promesas desatentas
o practicas lo aprendido
que es cuestión de tiempo
sin pensarlo con intención de amargura
que tu independencia
que no gusta el ronroneo del escoge y elegida
la repetición de esquemas
las ardidas
y las challas que te anuncian
y el humo que te envuelve
y no olvidas.

Se resigna a retornar otra encendida espera
tu llegada
otra seriedad de vértigos y honores
toda la vida
que el olvido no hay
pero sí quién de olvidarse
se olvida
por ver si esa ruina de círculos
revelos
trocuras o yelos
grises en movimiento azulino
catatónico o extasiado
como fortaleza sobre el fuego más dormido
su ronco recuerdo frío y vientre de magnetos
como luces parpadeantes en el brillo
de su ya no estar permanecido ni ausente
como arañas lúcidas o contritas
no le impida carreras a tus desapegos simulados
como la ciudad adentro mañosa soñolienta
despierta y en cuática ventura
¿yerto?
los alacranes de libertad que anuncias
¿como escudo?
tus preguntas por su madre
ya extinguidas
ni enlazadas ni de lirios
el permanecer en equilibrio y acomodo.

Ah si profirieras tan solo una palabra
que alguien no pudiera explicar
Si tan solo un gesto fuera emitido
como el barrido de la caja y sus vales
y ya no estuviera en los catálogos.

Si solo pudiéramos una sonrisa original
o unos brazos en espera cierta una frente
no arrugada esos pantalones bien planchados
o inertes.

Ay Lunita, ya no dices
ya no dices nada
Ya los ciclos no nos siguen
Y estás para retornos Y los retornos callan
Y sigues dormida o en exceso despierta
Allí sobre el horizonte amarillando lobos
atrayendo a Júpiter y hasta a Venus si se pone
por delante.

La ciudad ni cerrada ni abierta o sumergida
mareas exorbita aquieta y calla
cuando la carne ya no dice.




  
  
  

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