jueves, 30 de enero de 2014

A UNA MIRADA (texto dedicado a Lo Ledesma)

 
Composición realizada por Lo Ledesma:
 






A UNA MIRADA
                                                                                          (a Lo Ledesma)




Si pudiéramos atrapar la energía
y expandirnos
al cielo
al cielo tendríamos por testigo
Un caballo, un caballo vigilante
fulmina a mejor vida
su mirada vigilante
nos fija justo ahí
y nos llena de energía


frf
11:15 – miércoles 29 de enero de 2014






Lo Ledesma
(foto extraída desde FaceBook, desde: Lilymeth Mena)

Escultura de Botero, en Santiago de Chile, delante del Museo de Arte Moderno,
foto de Lorena Ledesma - 2014

La foto apareció en el muro de Lo Ledesma en FaceBook
bajo la siguiente leyenda:

14 de enero
 Un Botero ¿frente al Museo de Bellas Artes? — Con Jorge Muzam en Santiago de Chile.



viernes, 24 de enero de 2014

NUNCA HE VISTO UNO TRISTE (el 6 de VERSOS SECUESTRADOS)

 
 






desde: Versos Secuestrados




6







NUNCA HE VISTO UNO TRISTE
(para poner a prueba la paciencia)




He visto fuertes, altos
rechonchos, viejos, rojos, bajos
rugosos, hojados, secos y enfermos
aunque no todas las posibilidades porque la vida
es corta, la vergüenza mucha y escasa la prudencia,

y abrumados de quejumbre de vida miserable
o enhiestos y mordaces como decires nuevos
en tiempos de marcar la senda
a modo de justificación, de sacar la vuelta
de desviar la atención hacia lo posible:

y tiesos, frondosos, flexibles, raquíticos
verdes, lisos amarillos, olorosos, mustios
jóvenes, enanos, solitarios y extranjeros
sobre todo extranjeros cuando la vida se abre
y aunque quien mira se centre, y aún así eso externo otro
se hace visible
a un chirlo se estaría de la apertura a lo mejor

rientes como agitados de brisas mañaneras
a carcajadas contra la tormenta que trata
pero ganan la entereza y marcan lo elevado
o hasta permiten apreciar eso oculto, eso como
la razón de la existencia atrayendo y conmoviendo
y provocando los desatinos, las movidas, los renuevos

o en filas, sin nidos, autóctonos, con
frutos, en círculos, de flores, putrefactos
encorvados, con dueños, ausentes
entonces baja y se posesiona el dolor o al menos
la duda de si algo tiene sentido o vale la pena
insistir yendo en la búsqueda de la significación
cuando se la ve alejar enfundada en pantalones pescadores
o bikinis

o rechazando el ojo de algún aprovechado
que a violarlos pretende bajándoles
su falda de esperanzas o rajándolos
medio a medio de su fruto
que arrancar no pueden cuando están fuertemente
adheridos a la tierra, a la vida de los ancestros
a lo posible en lo extasiado y puro

o rechazados, en flores
sin o con pájaros, desafinados, cafés
nativos, feos, enclenques, o enfundados
al igual que esos púberes recién en las sacristías
agüachados por clérigos y monseñores
que a cambio de los secretos de la vida eterna
les restriegan el ramaje de lo oculto y lo incierto

o zaheridos por el fuego de colonos idiotas
que arrasan la vida buscando mediocres muertes
opulentas de sudor y calentura
que todo es posible y aunque no necesario
como esas exquisitas miradas a lo permisible
en días primaverales cuando se renueva la esperanza
o al menos retornan los volantines
y aún el hilo conducente se encabrita y sonríe

y domesticados agrupados al pie de un cerro
en la quebrada, en el zaguán, en el cuadro
apretujados, tallados, hermosos y gallardos
la vida rebosante de alegría y brisas ofuscando
y levantando las faldas en revoloteo de manos
y miradas llenas de esperanzas y parabienes

como si el peñón pequeño y el grandote
sólo pudieran vivir de veras cuando
ocultos tras de la maraña
los jadeos y los silencios y la plenitud
de la dicha contra el azul en la altura
pasan jotes como bienvenidas y cálidas
sombras movedizas bajo el ramaje

es decir: juveniles, ancianos, ulmos
robles, paltos, maquis, boldos, higueras
notros, lingues, espinos, lumas
todas las posibilidades de la exuberancia
desplegando la dicha de lo pleno
a la sombra de los deseos y las risas

escritos

lengas, pimientos, álamos, pehuenes
quillayes, litres, avellanos, eucaliptos
alerces, palmas, arrayanes, y canelos
con ciertamente también las rubias, las morenas
las pelirrojas, las flacas, las exquisitamente
provistas de ese espacio soñado entre los muslos
y ya sea en filas, o en pirámides, y hasta en las
letanías, se confundan invitando a mejor vida

una sarta de sonidos contumaces
que ni hemos visto
salvo laminitillas o graciosos parques
con tiernos caminillos, penetruras tan civilizadas
o como en esos sueños que quisiéramos continuar
a penas despiertos llenos de alegría y esperanza

plátanos, acacios con romadizo
islas feraces y soñadas o al alcance de la mano
si tuvieras una tarjeta suculenta
y una AnitaMaría que te acompañara al fin del mundo
y al comienzo de la dicha, entonces

ni escuchados
ni que en sueños / o no vistos
sus raíces en otra era

y de nuevo, y específicamente también
ya no daba más que lo entretengan
porque hasta las islas tropicales agotan la paciencia

tronchados estirados
quebrados grabados
cortados desgarbados
en esas posibilidades cuando la vida en retroceso
recuerda lo que podría ser si los acaparadores
de los recursos fueran eliminados del juego

deshojados / y/o / vandalizados
enanizados / o/y / empascuados
comerciados para ya con humizados
forzando los recuerdos a futuro
en torno a salamandras de sebo y rabia
todo lo cual es tan realista como que las faldas
y los ombligos y las bellas colitas al aire
allí están para mostrar lo pasajero porque

chipeados / dolarizados
es el destino más seguro una vez que se han
vivido años y años con la cordura extraviada
y los sonidos dispuestos solo para acumular
sin más objeto que acumular otro poco
de lo superfluo y otro mucho de lo innecesario

linos para el sepulcro de los dioses
en tierra ya de nadie
donde la Internet no verdea
a pesar sus matices electro-iónicas
y las cuentas inflándose en preparación de la siguiente
burbuja

puesto que no los he visto
salvo sin las variantes del er
los he

visto

sin las variantes con ir
visto las hemos, que no agradan a veces
las con ir, ni las con er
mencionar / por puro capricho
como del mismo han quedado fuera
las caderas, los pechos, las pantorrillas
a pesar que todos saben, como también las caras,
son parte del atractivo y del entusiasmo o la vida
se terminaría en dos generaciones:
  
Y por supuesto: sin olvidar los ficus ni las contumaces:

Puesto que este árbol no es mío
ni aquél otro tampoco lo sea
ni cuando lo plantara
por aquello de más vida que uno pertenece a todos
y la contraparte en el futuro.

Sin embargo un árbol triste
no, nunca
hasta ayer
como esperable, nunca un árbol triste había
cuando andaba muy decaído
y sin dinero, (ni para comprar zumo de litre)

digamos,               vi un árbol:
hola, me dijo,
                    soy el árbol ¿y tú?

y me dejó con uno o dos
no estoy seguro
tal vez ya no recuerde:

¿Cómo saberlo?
Ah, y también una lista
                                       donde no había ni uno.




  
  


   
   

sábado, 18 de enero de 2014

Balada por la Recurrencia del Encanto (el 23 de Composiciones para un Barrido y un Fregado)

 
 
 






desde: Composiciones para un Barrido y un Fregado








23







Balada por la Recurrencia del Encanto








Que el jugo tenga que ver con la caverna así como los confesionarios con el horizonte no es algo que deba ser probado. Que tengamos más que cuidarnos de un principio imaginario que de la fuerza organizada del conjunto supone la supremacía de los mantenedores del rito por sobre los controladores de la violencia. Pero a medida que se va dejando de creer en premios y castigos eternos la caverna pierde su importancia y el horizonte adquiere la suya.


A cambio, quisieran exprimirles el jugo
y trituran las blusas / y desmenuzan los deseos
y como a tormentos
cotidianos los ardores suyos requiebran
trapos los muslos doloridos
las orquídeas fugaces solazando cadenas:
las ánforas renuentes, esos peplos juguetones
que hasta el Opus Dei expropiara
las sabrosas entidades, las hermosas grebas exaltan
las horrorosas ligas en el asta despliegan
como picoteo de bellas intercambiando aventurillas
y así en la salvación congénita: gozados
o convictos en albedrío
dan el ajeno jugo miserable
como si el espacio se llenara de sarpullidos mudos
carnean violáceos rosedales dorados o rayos penumbran
y naufragan con todos sus gusanos
ardidos y pulcros confesionarios en el horizonte.

No hay ninguna razón para escribir.
Ni para que entiendas.
No nos exigen trivializar el lenguaje de la tribu.
Mejor dormir la siesta.
Crear un mundo de relaciones con la Sulamita.

¿Sabemos cuan poco falta para el soñar y la tragedia?

Sin que nadie encabrite, o aplaque y diga: deja ya de sudar
no salives: o peor, no diga nada:
porque el ser amanece nublado y el alma no alcanza
ni a un tiempo en la espera de esos pasos
y se rinde poco a poco, pero corruptible
va ocultando sombras esparcidas
la desaparición de su ser tras la mirada que lo pierde
cuando lo siguen de campanario en campanario.

Ni para que entiendas.
No hay ninguna razón para escribir torreón o cierva.
No nos exigen trivializar el lenguaje de la tribu.
Mejor dormir la siesta en una de cuatro por cuatro.

Pero ay! ¡Qué pasos, qué sombras, qué soñares!
Las cotidianas? Las de memoria?        (FLACAS)

¿Las que hacen a la vida?              Cruces soñolientas
¿Las que hacen a la muerte?          Cruces que ya no apasionan
¿Las cuasi religiosas?                    Cruces desclavadas
¿Las rituales?                                + y + Cruces, y rosas y encuentros

Como experimentadas             el miedo, el miedo y uno
                                                que otro delirio
Las observan                           las risitas, las orquídeas ajadas.

¿Usan? ¿Desechan?
Como si fueran árboles suplicantes.
Como si fueran un árbol caído.

O escritas en una página          y al perno llegan
                                                si las crees inspiradas
                                                ya en olvido, molicies
                                                con sangre, martillos, quejidos, y moscas
                                                que ya solo: letras y signos

¿Las etc. etc.?                          y no descanses.

No hay ninguna razón para consignar las congojas.
No nos exigen trivializar el lenguaje de la pobla ni el de la puebla.
Ni para que entiendas lárganse las peroratas.

Mejor curtir a las probetas y alas balanzas en el vuelo
y gánate aquí bien acomodado en la penumbra
cosas, mudanzas varias
cuando la estirpe ya no las necesita transformadas
en meros signos de un tiempo sin retorno
ya sólo anclas por costumbre de mirarnos
a la mala: vernos en el otro sin compartir
la esperanza, ni el presente, ni las huellas
esas que llevan a las tumbas cuando se ocultan
los riñones y se cifran las protuberancias:

El lenguaje de la horda nos escapa
o esclaviza sus quejidos y retiene el ruido de fondo:
aunque alambiques, retuerzas o simplezas.

¿Construcciones? ¿A esto le llamamos berenjenas?
Derecho a tener las propias. ¡Y aventarlas!
Y gozar adultos: el cráneo, sus ancestros niños.

No hay ninguna razón para cifrar metáforas.
Ni para que entiendas comparaciones y su masticar
de entrepiernas orales o anales o genitales organizadas
desde los púlpitos y los divanes.

El Pinocho ya se fue en cenizas
y no en paz descansa su memoria.
Y un algo como terco zarandeo del alma suaviza:
arrugando el dolor de los recuerdos

Pero nunca, nunca, nunca se sabe. Nunca la certeza:

Con palabras: las agudezas de la espada
una o dos, o varias atragantan, ¿No?
Benemérito. Designado. Sonrisal cristiano.

Nada convenga las sombras concretas
los recuerdos dolorosos o debes olvidar o la vida
frustra las ignorancias: zombies y filisteos juguetean por ahí
exhortan las cartas babilónicas:
nada de simpáticos azares, enlodando cambalaches
convenzan
relamidas imposturas, esotéricos reyes de trastos siempre
dispuestos al engaño
o enjundiosas, o sabrosas, o beatas:
macanan la fijación primera:

No hay ninguna razón para escribir ni jadear siquiera.

sufran resonancias                 esos sueños o engendros de sueños
lloren patrañas                       inventos como el olvido de lo cierto
la conexión secreta                entierre, encierrre o camufle
íntima-terrible                       vestales, uríes, mártires fornicantes
ético                                      el regusto en el misterio del lodo
ética                                      la acción de la ceniza
última                                    la cena revoltijo
las tocables                            verdades de la infancia
por medio                             sojuzgamientos, modorras, voladuras
signillos palabreros               donde la razón carcajee oprobios
como en el principio             los inventos, el verbo, la caverna
imaginado:                            algo sobre las aguas, como manivelas
                                             dándole organillos y loritos y suertes.

Que estamos / Ya / en el siglo XXI y
Galileo / no sólo / ganó:
la des excomunión-no-nata             dejólos de espaldas en la lona
el des-índice-sarmiento                   forzando atragantada
a nuestra gran palabrera de la tribu
(perdona y pide para mostrar que ella, la única)

y        (a modo de recurrencia del encanto)

          ya bestia, / basta:/ cállate.

Mejor dormir la siesta.



No hay ninguna razón para escribir salvo una compulsión del todo irracional e irresistible conduce a producir mundos que si creados den cuenta de nuestro justificado descontento con el estado de cosas o sugieran lo reblandecidos a que llega la insistencia.



   
  




martes, 14 de enero de 2014

LA REAL COSA AHÍ (de: Composiciones para un Barrido y un Fregado)

 
 







desde: Composiciones para un Barrido y un Fregado






22


LA REAL COSA AHÍ



Esas ricas peleítas entre el materialismo y el idealismo siempre han inquietado a los que se ocupan en algo más que de las entrepiernas. Reconocer la profunda atracción de la orquídea secreta va por el lado de lo que los vergonzantes cambian de nombre; afirmar que la carne debe ser superada y es superada en el espíritu va del lado de lo risueño. Pero la mayoría ni se ocupa de estas cosas: se dividen entre los que miran la cola o miran la cara. ¿De qué lado perteneces uno? Desde que la Luna me envió con ojos de espiral a interpretar el rechazo: no estoy para nada seguro.


(divertimento a modo de bostezo)


Interesado andaba en ella:
(si medía entre sus colores y terciopelos el calibre
de los deseos truncos) le sorbía las esperanzas
y frustraciones
hasta que leyó, yo también

cuál                   la única, la universal rosa real
lacios                 sus pétalos, los huecos trajinados
el tiempo           brillantes, el espacio azul cautivo, llena
del espíritu         dudosa, o visión consagrada
o vuelos             migratorios, o conquistas
o los retretes      y saunas en filas y dispuestos

como batallón descriptible de imaginativos pulgones
asaltando la rosa realista, sus texturas
sus palabras que dan jugo
o ternura y cobran: como el fuego llamado
de San Antonio con Bandera en la esquina de la esperanza
esos caracoles a las profundidades del averno.

Ahora sabemos:
sueñas apaciguar un dolor, tan como apropiar un diamante:
sonidos de sus irreverentes estambres atrapados
+ onto propios, más con locura la imagen
+ del espíritu: (d)escribes cual emanación su cuerpo
sus fugas y retornos ya con el seso completamente sorbido
y tumefacto

esperanzados complotando, soñolientos
leen y no sospechan:
ese mago de Hoz, secuaces las sombras
manos etéreas, más clientes:
cual oblíganos a subvertir para nada
el intento de la belleza o la suprema horripilancia:

Ah, se entiende por qué jugar con dados no quería;
evitando rosas que multiplican inciertas
como Russell dispuesto a conceder la lógica
la invención de lo real es la expansión al infinito
en silogismos esenciales
o perturbaría el equilibrio, las conciencias
completamente despreocupadas de las rosas
de lo ron y lo tabaco
cual corresponde donde lo económico
donde la luna se apaga
y lo empírico: lo sutil y bifurcante: impide el invento
o palabras nasales y complejas que solo a media se
emiten.

Formas de ayuda, dejos en las mentes
el pensamiento rebasa
la imaginación rebasa
recuerdan un tiempo de locuras
ruborosas, sutiles, mantecas que se apegan
a lo revelado incierto
aquellas confundiendo el unicornio con el perdido
el real con el plebeyo, y a las filitas le hacen ordinarios
y gentiles dados a recordar la maravilla.

Sospechemos imaginantes
el todo potencias agradece magnánimo:
no por ello fulmina, pero ese lugar telequistético
al cual condenado
ni la Inquisición misericorde, sus almas bondadosas
puedan salvar tan fogosa teoría

todo aquello que de alguna manera (no importa cuál)
se hace presente directa o indirectamente a nuestra experiencia
y convive de cerca o de lejos con nuestra existencia personal:

¿Un troll gozando una cuncuna en el banco de la beba?
Sí. Sí. Sí.

¿La Sandra que regresa tan cierta, tan imaginada?
Sí, Sí. Sí.

¿La afirmación que en el principio eran ruidillos?
Sí, Sí, Sí.

Maestría en la muestra tan reducida: más creíble
referir aquello que no cansa
lo que afuera queda a resguardo: y los magots
gloriarán displicentes:
la de ellos, la del asalto, los pulgones invasivos
y las cucarachas témporo-espaciosas serán reivindicadas:

mmm

Ovejas de lana real, el aventurero novelista
creador de reyes y secuaces, balan agradecidos:
El unicornio se auto reconoce.
El cantautor lo recupera.
Deja de sufrir.

Sí. Sí. Sí.

Al suyo, al azul, y también sería como sintaxis concreta
nada pre-o-post-fatalista, su mucho colorado y expertos: esgrime
agradecido miradas a la luna.

Y él, orgulla darle su raspa vientre y delirio
ese ingenuo de las sombras movedizas:
el que arriba rebuzna o carcajea, respetuoso
un poco lo apartan / le hacen espacio cotidiano
acomodan palabras torturadas.

Sí. Sí. Sí

Mash y Avenarius quedarían año-videos o compactos.
Nadie vendría en ayuda: o la palabra renuncia
montar su Pegaso,  su a pesar de reales
en nuestra personal existencia de asaltantes de la luna.

Sí. Sí. Sí.

Vino a salvarnos.

Y es falso, de falsedad irreal, que lo real sea respuesta
perenne e insoluble mientras existan las herencias que imaginas:

Sí. Sí. Sí.

Lo que imaginas, una elfa deliciosa
Una tarántula erótica
Una orquídea a medio camino:

No, No, No, eso no.

La historia de las parrafadas agri-dulces
ero-mágicas en la niebla del recuerdo
como dice en 22 sin cansancio
ya lo resuelto en el 21, con displicencia
afortunadamente para nada, le suman veinte
estratos de Walkirias, sedimentos de Uríes
Ninfas aquelarres.
Y pregona un extrovertido plato de curiosa
avena instantánea
imaginaria leche cuajada: o a lo menos: ideal azúcar
que no engorda.

Hambre acojonante
: donde el dibujo muestra
y decidan
cuál de los dos, y cómo lo hace: el 2.0 o el a luca.

Ahora comprueba: fiel no será, y llora y sonríe.

La Suprema
divierte, arrastra, suplanta como colaless aventajado
el arte, la culebra
esos invitados de la nostalgia
plato rebosante de olorosa porfía en el designio:

Nadie
nadie habrá que pueda
nadie para negar cuán reales
cuán olorosas rebosan supremas
esas achicorias carnívoras y hambrientas:

Sus más auténticos y sumergidos estratos
la ficción:
la real, la auténtica, la superior:
la cavernícola
y si te pillan jugando con ventaja
cortan: la curiosa, el exhalante atributo del misterio.

Absorto husmea por ella. ¡Qué va!
La Luna llena / alumbra el camino de su olfato.

Le roban el celular: ¿y ahora cómo llama
cómo implora a la infancia por venir?

Sí. Sí. Sí.

Experiencia. Existencia. Realidad.

Porque las orquídeas imaginarias abruman
tanto como las reales cuando en celofán en mitad de la vida.


En definitiva: las cosas siguen muy confusas, y es una lata soberana comenzar por resolver qué es la cosa: mejor, mucho mejor, continuar con los fatales atractos. Al menos sabremos del camino, y hasta, tal vez, nos perpetuemos: cosa que debe dejarnos completamente impávidos: ellos ni lo agradecerán siquiera.

  
  

  
  

martes, 7 de enero de 2014

EL MALÍSIMO + GRANDE (el 25 de (in) Precisiones e Incertidumbres)

 
 




El cuarto y último de la parte: LA VIDA RENOVADA






desde: (in) Precisiones e Incertidumbres
(de esas Certeras y Subjetivas






25



La compulsión de dejar todo ligado conduce a mucha minusvalía: exuberante en su atractivo pecaminoso mandar la compulsión al carajo: y saludarte con la mano en las entrepiernas y tu sonrisa agradeciendo la rudeza: aceptado que mucho va por su lado al palo de mesana.



EL MALÍSIMO + GRANDE



En el punto de vista de los intermediarios
ansiosos / verdades tenues y robustas como muslos atrapantes
cualquiera constituida / con o sin jerarquías y heredades
el máximo enemigo / el diabloterio + rojo /
descontando tú, oculta en las faldas y en el destiempo de la higuera:
el ateo! puaj! / o te parece subvertida la herencia.

Nada pueda inventar, o discurría en premura
mas combatir tamaña perversidad, carnes intrínsecas
suaves y olorosas, perversas a escama de manzano
esos cismáticos y cismáticas, y sus oprobios
esos herejes y herejitas, incautos en la malura:
(tú también, dada a los hechizos, a tus medias de nylon
a esos juegos de manos y de miradas)
dándole al penseque soberbio, ardan de un mismo fuego:
y en la fogata sus almas salven a sí mismas y a otras almas
en ese su inicio, sus almatorios a mayor gloria del Justo
del Sabio y del Misericordioso.

Pero quien no creyera, no produce sotanas
ni grados, ni heredades, vuelos directos al mismo fango,
no arde, no tiene, qué asco:
(allí estabas como mantis al atrape de polillos)
Si mago, o bruja santona, o profeta modernero
sin guerras quién necesita militares?
¿Sin muslos en oferta quién iría a los night clubes?

O tinca cierto:

Qué de las eclesias sin sus feligreses?
qué de las feligresas sin sus dioses?
los templos sin sus dogmas?
los odiosos, sin tus quejidos?
las logias? los caminos?
los cultos? los soles nacientes?
las deliciosas beatas, los tiernos niños?

Los ritos.       Los ritos.       Los ritos.
Los ritos entusiasman.
Dadme un rito y moveré la vida eterna.
Dame un beso y de espaldas me voy al delicio.

El aroma a incienso, el meneo de la cosa
conmueve    -tan sensible-
signos adolecen la falta de expertos
constituyen    Maestros Grandes, Templarios
Encargados erigen, RosaPeces
Su Eminencia, las sotanas, los ritos tan bellos
tu vientre, tan poquita cosa, mejor tu oscuro encanto
las herencias, las bondades, los cultores.
El báculo, muy adentro en la sotana, el colegio
los veterrugos selectos.

Cuántas Verdades! Cuántos Ritos!
Nos aúnan. Nos igualan.
Nos separan cuando andas por ahí.
Después el hastiado cacumen adereza las incógnitas
envejece, elige candidatos a lo decrépito
hace Santos.
No une en el recuerdo.

Pero el Malísimo + Grande
Ése,
ése no tiene RITOS.
Ése no te conoció. (Y si lo hizo: le diste
un chirlo, y no le quedó más que prosar quejumbres y sulfuros).
Por eso sucumbe.
Lucha sabia en defensa del centro del meollo.

Paz. Paz. Paz.

Paz universal: enfrentar el oprobio / tanta
impudicia / tantos encantos en oferta
ahora que ya no tienen el puño por la espada
la luz se esparce poco a poco, repta
aún tímida: encandila, lava.
Ay tramposilla: cómo te repartes.




Ya no arman esas ardientes salvadas de almas. Los cuerpos tiernos para su jolgorio? Ni eso: las indemnizaciones civiles salen muy onerosas. No hay beatas que leguen sus herencias. Los empresarios están ni ahí, salvo que ayuden al incremento de las ganancias. Aún eso ya es muy dudoso. El malísimo más grande afila sus cachos: las tiernas le persiguen. Ahora que no se velan: andan alborotados.