de Si tan solo existieras
CERTEZAS de
la piel
Ah si pudiéramos
tocar
Ah si de verdad
nos fuera / dado / amasarlas sonidos
Morder en gozo
sus pensamientos
Debilitar la
fortaleza con lenguas mensajeras /y de la piel:
Entonces la
llegada del poder ahíto
paraliza nuestra
ansia: no
Resuenan los
clamores y quebrantos
Hebras /núbiles
de velos /furtivas
nadie podrá
derrotar la flaqueza poderosa
quel sudor siega
en noches de consumaciones y de signos
Ni aunque el día
llegara
El día que
destruye la noche acogedora
La noche que hilacha
días incautos y furtivos
pero /débil/ sin
duda/ siempre asusta la tardanza
Siempre seguirás
perdiendo:
Entonces el
tiempo de la abundancia
de la nada
y el rechinar de
dientes
Dónde estás?
Se te enfrían
todos los huesos:
Tienes fiebre
Ah si pudiera
atrapar tus sonidos en huída y destiempo
Dónde estás
Sulamita?
Dónde?
Ni la retórica
nos salva de tu piel y su esqueleto
Ando revoloteando. Me gusta cuando la poesía se desbrujuliza, cuando los diálogos se lanzan sin paracaídas, para nadie, para quién, como de locos, como muy auténticos, como más reales que el hambre misma.
ResponderEliminarAbrazos amigo
Hola amigo Jorge, Jorge Muzam, saludos cálidos.Un abrazo cálido.
ResponderEliminarRazón tienes. A veces los textos se despercuden y salen crudos de hambre, y aunque uno lo sabe muy bien, a dónde pudieran ir... no es cosa de hacerlos personales... y salen a buscar acogida aunque no tengan a dónde llegar, ya se las arreglarán por su cuenta...
Gracias Fernando. disfruto de tu poesia,acompañada de exelente musica.Felicitaciones amigo
ResponderEliminarHola Adriana. Adriana Carvajal Herrera: Me alegro que te agraden estos textos. Agradezco su comentario. Un abrazo.
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