domingo, 25 de marzo de 2012

Tríptico UNA VIDA DE PIEDRA / Mestizos y Duraciones / Canterbury I y II /desde Londres y Cercanías/

  
 





Desde Londres y Cercanías


TRÍPTICO UNA VIDA DE PIEDRA






a


CANTERBURY I


Entonces un día fue de visita a caminar los restos donde, como monjes conventuales, Roma inició su segunda conquista de estas islasbrumas y sus rastros-surcos: hasta había una que otra palabra: y ya ni sombra siquiera de esos hábitos gordos que aseguraron su comer ilusionado y diario cantando los latines y romanizando católicos a los palurdos que manejar sabían la espada y el puñal pero cachaban nada y poco lo peligroso que eran los escritos bien urdidos, sobre todo cuando no heredados, más bien expoliados de semitas en destierro. Ese mismo día fue la visita a las piedras-catedrales, y quedar embobado ante tanta ordenación de volúmenes y líneas y espacios y sombras y raíces y ya sólo rastros del dominio papal: boca abierta, corazónmentealegre: así que dijo algunas platitudes, mientras adentraba en el pasado-presente de su estar incierto como vinagre evaporado metido en las narices:


Piedra organizada                          ya sin el romano estorbo /a modo de
                                                     escudilla/ disputando la católica muleta
Muros de súbita piedra                  rastros universales de provincianos
                                                     europeos dados a la conquista del cielo
Bóveda de piedra atrevida             protegiendo una cátedra y sobre todo
                                                     las curiosas rentas atadas a la silla
Escalinatas de cansada piedra         por donde ambula un cura no soltero
                                                     pero igualmente con polleras y botones
Anhelos de piedra sumergida         en el lejano de la infancia

Si hasta un ángel de piedra sonriendo en las alturas a la mano
como una salchicha en escabeche o chicharra saliendo de su cáscara

Denso y abrupto vientre de certeras duraciones
Palpando el frío liso de columnas de hurgada vida
vuelta presente:
palmas furtivas / ojos penitenciados

Una falda normalita su poco cortina     tacos detenidos
/los ecos perturban y atrapan puesto que chicharran letanías
con nadie que libre de ese des criterio?
como rayo de ángel terrestre los ecos de esa mirada
/afirma el trasero en la columna para un close up invitante
de cielo aquí en la tierra sus coloridos y matices:

el encanto de redondeces pulidas y labradas

Pero concentrémonos: / pensó súbito

Vuelan desde los altos arcos del tiempo
a los ambulatorios de espacios presentidos
las voces en francés / los susurros italianos
y hasta un mental dominus vobiscum
de un supuesto Booz en busca de una Ruth vivaracha de muslos
potenciales

Rodeando: densas ordenadas naves y espigas como encuentros:

brazos / medias                      sonrisas
cruces de costumbre               cámaras
muslos                                   almohadas
pulgares / sombreros              cuchicheos
y hasta un pollerón                monjeril cruzando en el zumbido

pechos            que no surcan
velos               como recuerdos de noviembre
camisas           o poleras que aprietan o insinúan
espigas            asegurando la atrapada

//ese pareciera el problema de tanta vista turisteando//

ojos de terquedad donde penetran sombras rugosas
luces despeñadas      y el ángelus contrito
y hasta una pollera colorada

Cuando las sandalias pecadoras
las pircas de aroma     los parcos pecados capitales
esas tapias de sonidos      la princesa india del recuerdo:
justo en ese momento de visita:
costumbres de incienso /y ay/ Anita María     tú tan lejos
sólo espacios profundos de oídos y silencios

O esa música de terracota celestial impura pedregosa
contaminada y precisa en lo precioso del atisbo
vivo / en la manera del recuerdo contaminado de presente

aún si en soledad
aún si en el destierro
aún si llamados de la infancia perturbados
de tanta mina      turistea que turistea en vez de rezos



frf






b


MESTIZOS Y DURACIONES


Cuando las vio por vez primera       /piedras sobre piedras/
ascendiendo hacia una bóveda
no ignorada
quiso recordarlas en sus años escolares
pero
salvo el latido
todo lo había olvidado:

Las manos ya sorbían ese pétreo frío liso
que surca
los recuerdos por una vida de sangre inamovida
el limpio silencio de susurro / su acogedor vientre opaco
pétreas cadencias
o perturbos:
anclado inamovible      de cilicio culpa o resonancia

Aquí sí        la vida permanece

Aquí estuvo quieto robusto        centrado
en madura duración     de pulida roca permanente
como un Claro detenido en piedras y árboles
municipales y alamedas que resuenan
como estancadas

Aquí fue tal vez un alma en penitencia
o sus labios la plegaria salmodiaron
o aún en fiestas primaverales rodaba contrito
como sapo en busca de labios salvadores

Aquí están mestizos de columnas vivas
cortezas que a una infancia elevan
hojas de sombras
aguas sin cordura     vanas esperanzas
árboles en duración rocosa      dan luz
y a ojos y se abren /y de calma muerta

Sí        / habrían sido de estas naves constructores
Sí        / también es hijo de estas selvas ordenadas
Sí        / no sabe pero marcaron su signo ya en olvido:

esas tardas demoradas /costumbres vivas/
casi permanentes /ajenas a la memoria

Pero ni un lapislázuli
ni un pedacito de cobre o cóndor
ni un golpe bastardo dónde poder reconocerse



frf






c


CANTERBURY II / CIELO PETRIFICADO







Construida sobre el sudor de los arcos tangentes
reconstruía en los suspiros navegantes //aullados
de estupor// que emitiera Becket
navegando raudo a su cielo inalcanzable

Si bogamos en es su barca subiremos las alturas
atraídos desde la dureza que no cae
como pueblo que purga su caída

Si ascendemos a la cruz de su cruce
por demente la siniestra
sorteando los cuatro lame culos reales
llegaremos a la crux de su martirio

Y la sangre corría
Y la sangre corría
Y la sangre corría

Corría /corría /corría
como corre el agua bendita a los infiernos

//Una imparable cantidad de cuentos
y hasta representaciones
habrían de iniciarse//

//Todos tienen derecho a imaginar las más deliciosas torturas:
agua de tal tipo / plomo fundido / ácido concentrado
o rezos / y hasta hay quienes los imaginan//

Si camináramos sobrios prudentes
      con esa imprudencia del vino consagrado
por la diestra salvadora
el Príncipe Negro daría batalla que pierde
siempre pierde      porque piedra fuiste
y piedra eres

Doloroso camino angosto donde las oraciones fueron oro
los sacrificios prebendas       las almas vidrios
los cuerpos bronces        el esqueleto de madera

Tu cielo enlodado de pecadoras torres ideales
de esperanzas columnas        sostienen un cielo de mentira

de rezos claustros        de doncellas entradas a la mala
claustros para toda ocasión
por donde revengan nuestros pasos de perdidas
de aladas dudas materiales
resuenan:

Que somos piedra          o piedra
que somos sangre           caliente y pedregosa
Que fuimos piedra         hambre /y deseo de pedruscos/ y arenillas
                                      como cenizas mal vistas

Que la vida es eso         o nada:
que en piedra nos convertiremos



Entonces fue que tuvo una visión: donde hasta los perfiles de carne parecían marmóreos y los pliegues de las blusas y las tersuras de las poleras, por donde se adivinan los ombligos, aseguraban que los cielos no prevalecerían contra la piedra purgatorio, y la piedra infierno rodaría inclemente y desaforada como un retumbe, un eco de las profundidades, una ternura en el movimiento de las faldas; cuando un enjambre de ángeles se descolgó desde los artesonados a corretear detrás de las muchachas, y notó que ninguna de ellas llevaba su cabello velado, y mientras más las acosaban y cercaban menos cuenta ellas se daban de la algarabía, pero era tal el griterío que una procesión de santos con velones y aspersores se asomaron por un lateral siguiendo a beatas que danzaban y cantaban y rítmicamente no se daban por aludidas debajo de sus velos y retiraban paints of bitter desde cada uno de los mesones en las capillas laterales para ofrecerlas a las turistas, de modo que estas recordaran esa visita a los lugares aquellos, y velaran sus comportamientos. Entonces apareció un monaguillo con un libro abierto que succionó los ángeles, los santos y las beatas, y cuando la última desapareció páginas adentro, cerró el libro y se acabó la visión, y todo quedó como si nada hubiera ocurrido.



frf


Tríptico terminado de ser ajustado,
para su incorporación a la Precaria de In-Éditos,
el jueves 05 de diciembre de 2015





  


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