jueves, 27 de octubre de 2011

LA SENTENCIA







A veces da por el collage y la intertextualidad o recordar las escuelas y lecturas acompañadas y soñar en las fogatas; y juntar todo puesto a punto y pretender un incauto toque de llamado pareciera inobjetable y boscoso: lo que sale o no sale del hablante ya no es de responsabilidad del autor, dicen, aunque sea condenado:




LA SENTENCIA







Después que las alondras absolvieran al ramito
de ese espino, de esa maza luminosa y
elevados y corridos al cielo:

                                             la prudencia
bordada y a punto de cocción en la estepa solitaria:

como si alcanfores cuidaran estropicios
o letanías de mejores arco írises y otra devociones

                                             sus oros

sus siempre esperanzadas visiones
y tormentas singulares: como copas


                                    entonces:
tempestades:
                                    entonces:


“Qué buen zorro”
                              baja
                                    como si raudo
                                    el silencio
                                    y su espada

y llegando, cuando si nada la estremeciera:

la paloma

esa blanca pendenciera
esa de epifanías en la colcha

                                    planeando
                          en medio del orgasmo:

porque ciertamente tú lo acabas

ella “lo tantu mergo”
yo “cómo te voy a olvidar”
tú “que es mi persona”

tras papelados y sonrientes, en aperturas de par en par
en entregas superiores, las cartas bendecidas

en inmediato las alondras provocan o pretenden
la sentencia del eterno recuerdo, su desparpajo
su oprobio:


Y voy camino a la locura                    Ora pro nobis
Y a tus brazos otra vez                        Ora pro nobis
Y una linda guachinanga                    Ora pro nobis

En el Master Ludi y Musicae del Juego de Abalorios:

Porque nosotros “sí se perder”            Ora pro nobis
Y tú “Sevilla tuvo que ser”                 Ora pro nobis
Y yo “Que vivamos separados”          Ora pro nobis

En medio el trac trac o su signo en la frente.

Y nos parece mentira                          Casa de Marfil

Sin habernos comprendido                  Torre de Marfil

Across the sea                                     Estrella de David

Deambulando entre el Sanatorio y los juegos jesuíticos
ganara y perdiera el camino de la vida:

Entonces: Cucurrú cu cú                     Paloma
Entonces: Back to me                         Sentencia
Entonces: Gratia plena                        Prudente

Detrás del joven y la mirada y los canales y las palomas
por el camino del encuentro-desencuentro donde ya la música
no sea más que un recuerdo venturado:

Esos ojitos                                          Delirio
Ya no me van vigilando                      Letanías


Y hasta aún, quién lo creyera, los poetas corporativos
ditirámbicos
o cómo cantando a la abuelita
o arrobados en busca de los premios
tras las mejores revistas digitales de las Amazonías:

pueda ser honrado y virtuoso y de querencia justa:

y, como el joven genio del oculto cifrar
se las llevara instruccionándolas en privado
hasta que, no aprendiendo nunca
quedara herido en su ala, traspasado para siempre
recorrido en su cobardía
de no asumir las consecuencias
porque nunca se aprende:

Nunca. Ni en el día del despido:


Y así la sentencia pueda ser ejecutada para un día y un siempre


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frf 26 de octubre de 2011
en espera que la Internet sea reparada de su falla sistémica.

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The End. (Y sin el epílogo, aunque tanto le gustaba
que no lo olvida y declara en completo acuerdo
con los collage y las textualidades del caso)





  
  

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