viernes, 12 de abril de 2013

¿QUÉ ES? (el 21 desde (in) Precisiones e Incertidumbres)

 
 
 










desde: (in) Precisiones e Incertidumbres
de esas Certeras y Subjetivas




21
¿QUÉ ES?



La raíz cuadrada amarilla del quark uno menos,
ese romántico indeciso, ese siempre demorado
(¿o era el uno y tanto aquel remolón?)
ayer tenía sed, tenía mucha desidia,
se enoja porque su gata cuántica, torpe, no ronronea
cuando la acarician en su signo cuadrático
como debido a la tinieblas del placer
en los numerosos momentos de la espera.

Desplega una cierta sed de brisas ansiosas
sueños descoloridos
y el escote ensangrentado.

Esa puerta indestructible, eterna en la carencia de dicha
sus misterios-inscripciones, su sombra sin cerradura
esas que navegan los pensamientos
el arcángel Miguel infunde pavor a los Demonios
las carencias rehuye, las cuentas impagas machaca
y descuenta como réditos.

Es la puerta, la puerta estela del inconmensurable Marcos
abierta en medio la neblina
dejó cerrada – nadie podrá negarlo si bien observa –
Don Panza, escudero su flaquísimo, el Sancho
esta noche vendrá ostiones a comer,
su más cierta ventura y destino y dichos de la tierra
Señor, con su olfato descomedido, lleno de refranes
no lo ahitan, rechazado por la esposa?

Pasa que ya los comieron y a la retirada
y llega terrible y desatan las estancias de vientos
callados: ruidos aromáticos, oligofrenia temblorosa.

Y ciertamente no sería su presente habiendo anulado el convenio
y, además, muerto de enojo en medio del derrumbe
los sueños y las murallas del escarnio seguro cuelan
la puerta del Marcos embobados
esos gallos rojos / sus destinos versiculares
cuando no quiquiriquean a plumón desaforado
invitan pavanas de zinc, colorado brillante, esplendecentes
nacarados, apabullantes, llenos de presagios
cortadas en su inicio, hado trágico
abominan del Pedro petrificado de espanto
porque ya entregada siete veces su alma,
y la tuya, y la de ella: Oh Venid a ver esa venta desatada.

Mañana lo servirán aditamento de pava entumecida
señor irreprochable, su amada imaginaria lo prepare
y a su sombra no le guste el agrado
aunque rechupete los imaginarios alambres
los bigotes y delicias de la cena interminada:
Españolas patatas a la luza anda como secreto
chilena chuchoca empalmando la certeza y el abandono
y dulces muchachas rubias
con uno que otro terco tuerto o cadencias lumínicas
en el polvo
a imitación de “verso y perla y pluma y flor”.

Bajo la sabiduría: la receta que legó Simón Pedro
su piedra fundadora, la más evidente jugada en granate
y armiños.

Horas después el solfeo torea: Lo descomponen
Oh Mi Señor Osiris, pebre el hermano cuaternario
baratijas célebres que ofertar en los mitos:
Su hermana amante, la más excelsa pasión en desvaríos.
Esposa de terciopelo y cierta profecía, restituido
esa voz susurrante o llama candelabro
que es como si Dios engendrara en su propia criatura
violencia deliciosa para provecho del estatus
palomas agoreras, higueras exhaustas, proféticas
la saliva cuántica la gata compleja que sí ronronea
o carne de cañón para ser resucita al tercer día.

¡Oh, ser resucita! ¡Qué dicha! ¡Cuán esperanza!

Vencedor de la muerte, aseguras el sustento.
El renovado plato
ostiones certidumbres de perlada metafísica
nuestro pan, vuestro vino, tu apretado columpiarse densificado
de preñeces y quietudes y lúmines de lumine en el rellano.

Y lo comes y lo bebes, y rematas el dominical sacrificio
presagiando el rejuntamiento del polvo con sus huesos, los de ella,
carne millóntuplicada, caminos tejidos y azarosos
al modo no contradictorio más certero, más rítmico, más yoico:
Esparcida en la nube como hongo.

¿No han sido los átomos desde siempre compartidos?
¿No son las cabinas telefónicas desde siempre visitadas?
Y más donde sirven de refugio o son radioactivas a la buena.

Todo átomo por carencia sirve de vivo subterfugio o arena
a las creencias menos probables, más consoladoras,
ciertamente tan certeras como imbunches deliciosos.

O al menos los quarks estarían para aquello
para endilgar sextetos sonantados, complejos
y magistrales: que nadie escuche y todos hablen.

Por eso. Por eso esperamos no regresar a la forma
el momento decrépito. El lento desastre no
conduzca al más largo oprobio, al oprobio más certero.
Volver, volver a las que tenías justo cuando la Paula
coloquiaba atardeceres y otras novedades del oficio
sus pensamientos:
Aquellos que infunden el terror de la puerta navegante.
Sus últimas palabras telefónicas: vivas.
Ah, el actual Rey de Francia, que no es calvo
a pesar su excesos en testosteronas y caviares
como todos saben, no impide ese desarrollo, real
y crudo, mientras ayude a solazar
algo cocido, algunas “almas a la parrilla”
el caño de ese cabaret, dicha y compañía o recuerdos.

Dibujadas con lápiz de labios
y placenteras,
y sollozosas.
Y regias, verdaderamente    regias, reales, patrióticas.

Sí. Sí,

¿qué es un pequeño desvarío para prueba
o monumentales verdaderos que a nadie importa
y a penas resfría: no más que asuntos sin importancia

si el tiempo se agota y no hay ni siquiera un poco de yapa?




  
   



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