viernes, 28 de noviembre de 2014

DÍPTICO ALEGRE al interior de la bruma (otro sueltito de cuerpo)





 
 


Texto suelto (tira al monte)








DÍPTICO ALEGRE al interior de la bruma







Bueno, me dije, a pesar de la bruma, porque las cosas no andaban nada de mal, y bueno no era: desconocerlo, presentaré este texto, a ver si alguien nota que es el mismo tipo de siempre, como si el chicle no perdiera para nada su sabor, y se siguiera masticando a toda hora, dale y dale, el mismo basooka. A lo mejor el gato me da su palo y logro la tranquilidad antes de que inevitablemente la obtenga una vez que la haya estirado para siempre pues, es completamente cierto, que el basooka se corta y ya no se pueden hacer más globitos, no porque se desgaste o pierda su sabor, simplemente porque así hemos aparecido: de modo que todo se recicle y nada ni nadie quede para semilla: para eso están los hijos, que lo demás es palabrería








I

PROBLEMAS quequeros







¿Nos damos cuenta
que nos parece lo más natural vivir
al interior de una bruma?

No. Si cuenta nos diéramos
no creeríamos a pie juntilla
que ser bueno es ser pío
(y menos aún viendo a la Pía hacer sus cositas)

Un piadoso sostiene sin empacho:
Dios nos ama porque nos ha creado
En cambio, el impío, sostiene
(igualmente fuerte de estómago)
porque lo hemos creado
tenemos derecho a negarlo
pero no a la Pía, cosita, en eso estamos
todos embalados

(Se pusieron de acuerdo
cuando transaron en
la libertad de consciencia
de lo cual la Pía se aprovechó ipso facto)

Cuando salgamos de la bruma
ya no nos abrumaremos más
con las palabras y seremos capaces de decir pío y pía
sin arrugarnos
Ni siquiera sabremos que esos son
seudo problemas:
sólo los filólogos entenderán
el verdadero sentido de esos escarceos y macaneos
y la Pía se podrá a la cabeza de lo extasiante
y deseado

Que hacia allá vamos
lo indica el hecho que a todos
salvo a los que aún viven al interior de la bruma más primitiva
les divierte saber
que hubo un tiempo cuando dirimir
cuántos ángeles caben en la cabeza de un alfiler
fue un problema serio
tanto si se dejaba espacio para la Pía
como si no se la tomaba en cuenta
aunque esto último no era lo más relevante
siempre que la Pía mostrara sus encantos

lo que hacía sin empacho a penas ella creía
que alguien se interesaba
y siempre todos se interesaban

Todo es relativo:
No sabían que eso depende del porte del alfiler
pero sí la Pía lo sabía por lo cual los usaba
en los lugares estratégicos

(Ni que el ser del ente redondo y eterno es cuadrado
en cambio el ente del ser pasajero y cuadrado es redondo
pero los alfileres de la Pía son cachondos y recordables)

Ahora sabemos que el ser y su angustia es la libertad
irrenunciable a desconchinflarnos en la nada:
a pelearnos por alfileres
de allí que el 50% prefiera al bocado y el complemento
al chocolate, pero no nos ponemos de acuerdo
en qué es mejor: si el asunteque o la bomba
salvo que todos esperamos por la Pía



Lao TseNada
06:22 – miércoles 26 de noviembre de 2014








II

REFLEXIONES DE UNA SANTA








- Oler incienso / oler azufre
capacidades humanas
Y sólo humanas cuando imaginamos
que vemos esos aromas / y los creemos verdaderos
Ah la santidad cómo nos acongoja

- ¿Será cierto que la creatura ama a su creador?
Muy verdadero.
¿Por eso que Dios nos ama?
Pero no por eso que amamos todos a la Pía

A veces nos odia y desea el mal:
¿Quién?
cuando lo imaginamos con cachos y pezuñas
ahhhh no la Pía    ya me estaba asustando

- Llegará el día que viviremos
sin problemas estomacales
No por eso la Pía nos dejará hacer
la vista gorda
todo lo contrario: reconcentrados
en la delgada marca de lo importante
siempre ha sido una de sus exigencias

Ese día sabremos que hasta la música celestial
y la música angelical
y la música demoníaca
son música humana
y que la Pía es armoniosa y penta aromática


La Teresa de Cavila






(miren lo que pasa cuando olvidamos
de la verdad
y centramos en la vida
ya al lado fuera de la bruma
allí donde la Pía reina por los siglos de los siglos)

Lao TseNada
05:50 miércoles 26 de noviembre de 2014








Debo reconocer, que la Pía se me coló y no hubo caso de expulsarla: es que la santidad acecha, cerca, atenaza y entusiasma.




 

  

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