desde: composiciones para un barrido y un fregado
Al final, en las
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TAMPOCO IMPOSIBLE ORQUÍDEAS EN
AUSENCIA
(Es como
si ellos solos se organizaran en cortos y largos. Se comienza y ya viene el
descanso: éste será corto; o el agobio: éste va a ser largo.)
Nietzsche,
el muy astuto, lo sabía:
que
no neutralizarían – los metafísicos en descuido –
la
realidad; sino a Zaratustra
sus
barbas en remojo, el que bailaba
la
intensidad de su deseo mariposa
lo
ciertamente imaginario, cada vez que le abrieran; y leído
argumentarían
de la re-eterna manifestación
de
Federico, el nuevo hombre:
Esa
fama bien valía un sacrificio.
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