La esfumación de tu carne muerta la condena salvadora
La evaporación de tus huesos vanos el destierro a la gracia
Aquella azúcar candia de misterios: después de la manzana:
Nada
tu imagen, nada tus sueños:
Otro Mesías judío y
el fracaso y el éxito
Otro Profeta en el desierto y el derrumbe y la subida
Otra ni imagen de rescate fraudulento reflejo
como
espejo en la memoria
El
sábado que encima se venía, la mosaica higiene
La
prohibición de cadáveres expuestos, ay la peste, los castigos
Ni
uno de los seguidores a mano
(arrancaron como lauchas pescadoras
perseguidas por un gato romano)
A fosa común abono
de gusanos, impuros y malditos
desconocida campo
reciclado en el tiempo
irrecuperable en
los museos de huesos
a dar los deseos corruptos, salvar todo o salvarse uno
del hambre; el hambre acecha, el hambre mueve lo grande y lo pequeño; mezclado
con dos asaltantes de caminos: tres criminales como ejemplos que no cundan,
tres dientes alimañas, tres pequeños contra Roma, impertérrita, sagrada,
favorecida de la ley y de los dioses, el resguardo de lo santo, merecidamente
puestos a resguardo: religiones verdaderas, morales de lo sagrado, el orden y
lo eterno, a salvo.
Marcos
sabe nada
(Nadie
sabe nada. No es realista suponer un taquígrafo centurión. Pero ya sabemos: es
la costumbre de lectura en pesher la que agregará los detalles, lo gritan los
rollos del Mar Muerto)
Pero
antes, cuando aún no cifrado en verbo
mucho
antes de la ignorancia escrita, Pablo enfurece fariseo:
agobia
conservador, agita ortodoxo, ríe, llora, desespera:
con
picazón en la piel y en la lengua:
ese
canto blasfémico de judíos réprobos: su pena desatada
desorbitados
campesinos confundidos y agitados como moscas en estiércol
infames,
perturbados, ciegos:
Un
Mesías muerto que volvería a la batalla
Joder
con imaginación chambona de necios sacrílegos:
Pablo
persigue, ilumina
restaura,
sacude
se
mueve, defiende
creencias
ancestrales, sagradas, salvadoras
lejísimo
del
lugar nunca visto del oprobio:
De
Jerusalén viene la infamia en arameo
La
combate en griego en su Damasco, donde reyezuelo
goza el
favor romano
y lo
mira como a tábano
como
a peste
a ser
pisado
apachurrado
por sabandija enclenque:
informes
llegan de reyertas pequeñas que incomodan a los amos
El
orden: lo sagrado, lo justo, el orden preserva de los Partos
y al
reyezuelo, de los romanos
Centros
del helenizado judaísmo:
fieles
a Ley incorruptible
piensa
con griega sabiduría
guía
de acción en el mundo
Cada
cual en su tierra
Cada
cual se extreme en preservar la
Ley de pueblo ya esparcido
a su
espada en gracia
Y un
día en sueños
un
día aciago de combate
a
caballo de regreso a Damasco
en
caballo imaginario, esos que
seguirán
galopando en el tiempo
desa
tierra extraña para cualquier romano imaginario
de
quinta
en la
capital de un reino vasallo
mequetrefe
como todo lo real:
(El rey
no desea peleas extranjeras)
Se
cae del caballo:
Derribado
dice el que compone
Revolcado
en tierra
La
epilepsia?
El
desahogo de la rabia?
Un
ataque de nervios?
La luz
que ciega
Y una
voz truena
como
enorme voz en el adentro:
algo
más violento que una zarza
lo
conmueve lo sacude lo exhausta:
lo
ilumina de estertores en el polvo:
y
nadie cuerdo créese
loco
/ ni nadie loco se castiga impune o inclemente:
Pablo:
el primer humano / cierto / vio a Jesús resucitado:
porque
en el ver no hay engaño
y en
prueba, queda ciego dice el que compone
Cegado
por ceniza que ha vuelto:
cumpliendo
el designio:
¿Cómo
renovarás si antes no conviertes en cenizas?
Ay,
Ay, Ay, el llanto
la
agonía: la destrucción de los sueños
la
ruina de su vida
Él, Pablo
él, pablo,
saulito?
no es
el Mesías! No, no lo era
No
fue elegido desde el vientre de su madre
Ciego:
ve su engaño
Perplejo
encandilado: CIEGO: vuelto a la ceniza
Los
judíos tenían probada cura contra los ataques de pánico sagrado:
Ir al
desierto por cuarenta días
Y
Pablo fue a su desierto imaginario: Por tres años dice el que compone
El
DESIERTO reorganiza su mollera:
Este
Jesús de nadie
Obra
del Dios único
El
Señor.
El
Cid Salvador (No se trata de la guerra)
Renovando
el anticuado rito de los sacrificios humanos
cumpliendo
en mano putativa
Vendrá
a juzgar a los vivos y a los muertos
Un
paso por el desierto imaginario produce muchas reales consecuencias
en
las encimas que sinapsan mariposas:
los
ritos neuronales
Pablo
corresponde
a todo elegido
vuelve
del desierto a las arenas cenicientas
renovado:
imaginado:
resuelve
convence
inventa
concluye
un
proto-revisionismo judío:
Jesús
vencedor del pecado: El destructor de la muerte
A
Jerusalén
como
inicio de sus viajes
a convencer
a los hombres de repute
que
él, Pablo, en griego, posee la verdad
Ellos,
en arameo, no comprenden.
Pero
si aún no se han formado las nubes del regreso
Jesús:
Sabemos qué fuiste: en cuanto Cristo:
el
vapuleo de un sueño de Pablo?
Fariseo
muy estricto (algo maniqueo)
con imaginación
de luminoso miedo
helenizado
celo iluminante
entrecejo
cerrado de relámpagos
epilépticos
y sagrados
Y de
Joshua en hebreo a Jesús-Cristo
Jesús-Mesías
en griego: comienza la transformación en mito
El poder
de la palabra: El verbo estaba con nosotros
En el
principio: Ilusión griega de pitagóricos herméticos
Pablo,
en griego, en su lengua madre, ya sabía
Pobre
Pablo: los petrinos lo hicieron pebre:
sus
cartas ciertas no son más que fragmentos de fragmentos
Pero
he aquí que los judíos de la Palestina se alzaron contra Roma:
Ganó
Roma
Y Tito, ya cansado de conversas dejó salir los
Fariseos de Jerusalén, y le prendió fuego al Templo. Todas las sectas judías otras
fueron arrasadas, entre ellas la secta Galilea de Juan, el hermano, y de Pedro,
y otras cuantas decenas al igual, fueron a dar a la ceniza. Pero hubo
salvadora: Salvaron los que pactaron con el Imperio: los fariseos que de
inmediato ser reunieron como reunificadores del pueblo.
Qué quedó de esa tremenda humareda en la historia post
70?
Los Fariseos transformados en Rabinos
una nueva religión judía no templar
heredera de los textos
las escrituras fijadas
y la Septuaginta perdió toda validez
por no inspirada
Decenas de sectas paulinas liberadas de la tutela del
Jerusalén destruido, esparcidas en el mundo helenístico, lejos de la Palestina,
parlando todas en griego demótico: nos legaron los Evangelios y las Cartas, (salvo
los fragmentos de cartas paulinas y el Marcos no interpolado), posteriores a
ese 70: Mateo, Lucas y los otros escribientes.
Marcos es la pelea de los paulinos en contra de la
secta de Pedro y Juan, Juan, el hermano de Jesús, antes del 70. Cuentista
genial, lee desde los Salmos y el Isaías. (La destrucción de la secta galilea
por los romanos en el 70 dejó al evangelio de Marcos sin oponentes: sin piso:
peleando en el aire).
Mateo es la seudo pelea de los paulinos en griego en
contra de los Rabinos en hebreo después del 70. Lee desde Marcos. Perdieron los
que sólo sabían griego. (Los Fariceos Rabinos ganaron: contaban con el favor de
Roma; y no tardaron mucho en declarar heréticos a los mesiánicos milenaristas
paulinos). Mateo inicia el rescate del Marcos.
Lucas es el intento exitoso de reengarzar a los
paulinos con la secta originaria. Lee desde Marcos y enmienda a Mateo. Difícil no
fue aquello: Tanto Pablo como la secta originaria de Nazaret tenían algo en
común: ambos eran milenaristas mesiánicos. Lucas completa el rescate del Marcos
para nuevo fines. Se pusieron a esperar la llegada de los tiempos.
Pero sería Juan, otro judío helenizado, probablemente
de la Alejandría, ya en el siglo segundo: quien confirma la venida. Juan inicia
el despegue. Pablo es el fundamento. (Juan no toma en cuenta para nada al trío:
Marcos-Mateo-Lucas: otro es su momento, otras sus intenciones).
A poco andar los mesiánicos paulinos pasaron a
denominarse cristianos. Cristiano significa, en su origen, mesiánico, porque
Cristo significa en griego lo mismo que Mesías en hebreo. Al cabo de pocas
décadas dejaron de ser milenaristas, simplemente porque uno como hombre no
llegaba entre las nubes y eso hace difícil seguir fomentando la espera: la
organización termina por dominar el hacer del día a día: se reinterpreta la primera
venida, se posterga para un incierto final de los tiempos a la segunda, y el
Apocalipsis pierde su inminencia porque el tiempo para Dios no existe, no es el
tiempo creado de los hombres.
Pero
es Constantino, analfabeto palurdo y poderoso
quien
se lleva todos los méritos
Los
idiomas en que todo aquello fue jugado: El griego demótico y el hebreo.
(En
arameo no quedó registro alguno, y el latín aún era cosa del futuro…pero siendo
Roma la capital del Imperio, ya le llegaría su turno…)
Aleluya.
E ben
trovatto si non vero?
Nota:
reescribir todo lo anterior en prosa demótica y agregar los detalles llevaría
dos años, sus cuantos cientos de páginas y alguien con más estamina; y más aún
en verso rimado y métrico: y no vale la pena. El asunto no es tan importante.