desde la sección de La Vida Renovada que con éste se inicia
De: (in) Precisiones e Incertidumbres
(de esas Certeras y Subjetivas)
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¿Cómo unir lo que pareciera que no junta ni pega?: sólo
en aquello estaría la manera de atrapar lo cuadrado en lo redondo, para que
todo cuadre en su desborde, y el ser y el ente, y la certeza revelada no sean más
que desvaríos de una mirada alucinada de palabras. En definitiva: ella es lo más
nos importa y lo que menos nos fija.
LA VIDA
RENOVADA
Piensas: Por qué
olvidamos?
Por qué olvidáis
los perseguidos
si terminaron
rescatando del imperio su sepulcro?
Recursas la
retórica
¿Acaso la
tortura en parrillas santificadas
esas que sahumaron
ilusiones de carnes
el aceite
dispuesto y adobar entrañas
como sueños
terrenos: detuvieron a los deudos
cuando llegó el
tiempo del banquete?
La carne débil y
tierna y desconsuelo
y estuvo a punto
el victimal consumado
y toda es buena
dice Pablo:
mientras no
chupen los dedos
donde no
escandalices muy a ocultas del designio?
pero cuida de
andar muy caliente: mejor te casas.
¿Y para qué: si falta ya tan poco?
Insistes
los detuvo el
asesinato del Líder?
-colgado de esa
cruz- por impío
cada cual a
cuestas lleva, dicen
redimiente el
imperio a la vuelta
Ay, cómo fue que a la calle me echaste!
muchas vidas suicidio
afirma la hija predilecta
varias leyendas de muerte
natural en la clínica
inciertos mitos? ese extremo
dolor que lo acaba.
Mentas un as:
que hubo San
Poncio entronizado
y al aeropuerto
podrían llamar Salvador?
¿Por qué
olvidáis?
Imaginan
aquellos sostuvieran originales alegancias:
declarados
herejes fueran
quemados como
herejes escarmienten
y olvidados como
herejes ejemplen
sus esclarecidos
en la mirra calcinada.
Pero es tu olvido, tu meneo a otros, la tortura
más horripilante. ESO NO LO OLVIDO.
Hueles el
incienso derramado
la mirra
contenida
el oro, sus
pastores.
Los baby dolls
que dejaste abandonados:
para que se jodiera lo hiciste.
Ah, nada como el
éxito
el poder del
yugo, la riqueza que lo ejerza
la congregación
de los pobres
la herencia del
camino, el espíritu adobante
comprobar la
justicia de la fe: renueva marcas
los nuevos
mantos / los antiguos repartos olvidados.
Sí.
Yo mantengo mi utopía
original
no como migajas
del banquete:
no sufro tu
abandono
puesto que pocos
los ciertos, muchas tentaciones
la sima que lo
abarca, cuando olvidas, la verdad
la forma en
palabras, tus excusas y miedos heredados.
(Mejor dejaras de palabrear y te vas por ella
como si estuviera a un trapito amarrada)
Y tú, ¿por qué
te mueres de hambre?
No vivas la
ilusión de aquel pasado, arrímate al caldero.
Vete a un café
con piernas.
Tienes el poder
de las llaves. Una jofaina romana.
Realismo a toda
prueba
no sea contenido
de lágrimas
y laves tu
inocencia: Acalles la idiomática
el fondo inconsciente
de los símbolos:
El cierto
paraíso. El recién descubierto. El renovado.
El magneto de un
Night Club.
Pero no, naca,
no, o no. Ni siquiera llega.
El futuro / abierto
/ nuevos banquetes y repartos.
El tiempos de
resacas, la podredumbre
Oro Mirra Incienso.
Ella de camisola
por las calles.
¿Acaso el olvido
no signa una forma nueva en el futuro?
Aunque solo se
afiance lo que afirma en el recuerdo.
Sí, ella en baby
doll bailando sobre cadáveres.
(Eso pasa cuando los buenos consejos no
sigues).
Si se logra o no se logra es lo de menos para nuestra
vida de individuo, el esfuerzo habría justificado el intento; pero al conjunto
en la herencia: lo es todo, como si el camino hubiera sido la nada misma: allí
quedas cadáver desplumado, y el producto se afirma en su nueva vida misteriosa,
o sigue tu destino de cloaca.
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