desde: Composiciones para un Barrido y un Fregado
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Éste es el título: YO: AY
¿De verdad creen que es necesario o al menos atrapante
emitir desde la primera persona del singular i.e. esa persona, la última
chupada, a sus pies el mundo, sus alaridos, escorias y, por qué no?, las
narcísicas evidencias en su entorno mozas y muslos suculentos y floridos como
eclosión de yoes, faldas abiertas-invitantes, los túes avergonzados y ellos
siniestros, alejados en línea putrefacta en torno a mí, mismito, que sufre “los
delirios”, “las penas”, redenciones, aciertos, y claro: también esos sueños
directos, esos decires de la pobla, esas maneras singulares, risueñas y
camuflados modos de levantarse el tarro sacando chispas y lengüetazos después
de una buena siesta, sintiendo como la mayoría se va de cabezas y a los
infiernos, porque el onamismo es el desperdicio, pero el helado de bocado es
más delicioso que el de chocolate, o era alverre?
Yo, desalmado realidad léxica
I, finito material-imaginario
Yo (Él) mayúscula: respeto con las abuelas o FE
Recuerdo que Pablo elegía siempre de chocolate, y yo,
por llevarle la contra: bocado, en una época en que era o Ford o Chevrolet, así
que terminamos por transar en el Penhouse.
Yo,
mortal
I,
temporal
Yo,
intrascendente
I,
nada terrible
Yo humildito
Así fue como heredé a la Anita-María que terminó por
ni llevarme de apuntes. Ay, todas las aflicciones, todos los venid y vamos,
esos momentos de profunda decepción y álgidas esperanzas, que siempre unas
cuantas mozas tempranas y desastres en esto de hacerle a los textos, la
sintaxis, y el mal uso de las comas.
Risueño
Partidario
de mi partidaria
Alegre
Triste,
a veces
Porque hay que ser realista: el realismo es ver la
sombra de la AnaMaría acercándose en una noche sin luna, uniéndo al aroma del
incienso, sabiendo que todos fruncen el seño, y te importa un carajo, porque
desde allí vislumbras la tierra, el verdadero Paraíso, esas orquídeas que para
ti cazaba El Peneca de la infancia en aras de dulcificar los agobios de la
adolescencia y hundirte en las realidades de la adultés: cuando confirmaste que
sí, que el bocado es lo mejor, siempre que le agreguen pasas al ron y
barquillos artesanales, como le gustaba a la AnitaMaría.
Yo, desalmado
Yo,
casual
Yo, y
tú también
No por casualidad el canto se cuela marcando los
ritmos del universo. No por casualidad un cdsm me lo mató. No por casualidad me
hice ateo. Si bien las palabras no eran más que un decir tradicional… el caso
fue que me hizo ningún caso, y llegué a entender que el mundo representado es
una cosa y la palabra otra muy mal espirituada cuando la hacen carne.
Yo,
que speak
I,
que actúa
Yo,
that piensa
I,
que le chiflan los tallarines
Yo,
consciente
Entonces llegó Genoveva de Brabante a dulcificar la
infancia. Mas Barbarella le hizo el contrapeso y pasó el tiempo de los
arrebatos. Ay, después fue la Luna de verdad la que achicharró las neuronas
porque no era de la tierra. El consuelo fue tallarines en salsa de jamón crudo,
tocino ahumado, tomates, callampas, sal marina, orégano, jengibre en polvo, y
merquén. Y pregúntenle a Moya cómo se arma la salsa.
Desalmado Lo que abunda no daña
Terreno Idem
De gran risa y mano abierta cachiporra
YO (ella) misteriosa
Toda mosquita muerta tiene derecho a ser considerada
con afecto. Su timidez inquieta, su rubor consagrado, su forma introvertida de
aproximación, su peculiar inocencia, han llevado a que sea denostada por las
hienas, le arrancan las patitas, le mochan las antenas, la trozan y execran.
Aún así, toda mosquita muerta tiene derecho a una oración en su sepelio.
Yo, asceta
Yo,
hedonista
I pokemon inteligente cachiporra encubierto
Yo pelolais avispado levanta-tarro
Yo orquídea cucarra realista
Yoísta (nosotros)
En el reservado hiciéronle una proposición que no pudo
desatender. Se fue dichosa al privado. Ahora, la cucaracha ya no puede alegar
que San Expedito no atiende sus ruegos.
Con
telarañas en el futuro
Con
telarañas en el pasado
Con
dudosas al presente
Qué
otra cosa? Ni sabe
A
veces deplorable
No me ven, pero ahí sigo. Con la mirada insinuando que
venga y meta sus manos aquí debajo. Una braga no es barrera suficiente y además
de sólo pensar, jadeo. Le gusta y además se pavonea, por eso prefiero aquí, el
jardín parroquial donde es más discreto. Ya después hablará que me levanto la
camisa. No es cierto: me la bajo.
Yo y
tú también: sagrados, libres
náufragos, dichosos, guata al aire: Ella
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