de: El Mundo de los Sueños
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LOS MITOS
La liberación prestigia el consuelo de la orquídea
y su lujuria apacible
con retraso
Freud, a destiempo y en lo terco
sublima el irresistible poder de las entrepiernas
más cálidas que cualquier magneto en la oscuridad
frotado y su nostalgia o su humedad o su vértigo.
Retardos o contactos / incruentas investigaciones
soberanas y sublimes prueban ese vértigo más cierto
más verdadero / más verbo en el inicio
que las líneas de cualquiera pieza oscura:
El concierto de los instintos en ruidos cifrados
donde el A K622 con todas sus consecuencias
o desvergüenzas porque el coraje
en la tierna niñez
o demases en
sonidos no prescritos por palabras
ni luces como
sabiduría sorda y obstinada
o cataclismos: condenan las persistencias
de la memoria
a una certidumbre:
Un poco de sonora maestría
nos induce a soportar con / sin destreza
la fatal atracción de los pétalos del pubis.
Al final de la jornada interpretados los ensueños
en verdad, como él ya predijera, sólo la muerte
es más poderosa: y el caos que dibuja los contornos
y sugiere zambullirnos de cabeza en esos vértigos.
Edith en lo oscuro
la gratificación oculta
aunque dudemos
el derecho a perder y redimir y soñar lo inoportuno:
lo único válido en esta vida que no alcanza
ni para un suspiro persistente
y después la nada
después: un tiempo que no fluye
un night club repleto y nadie en nuestra espera.
Agencióse y fue con 4 almohadas
plumas y contornos
aprehendiendo la calibración de brújulas
serenas:
Olvidóse de las primas y sueña
o despierta ocupados aromas
o cruentas transparencias.
No al sentir sus olores
las atractantes vulpejas
diestras y sutiles madres de consejas vulnerables
como la nostálgica apertura universal
no desagrada en las narices.
De sagrada en el escuálido bolsillo, no deja
siquiera para líneas en el cierre de las cuentas
rituales esa
marea aromáticas
puras reminiscencias
de playas
y fantasmas en la fogata
y cálidas sombras
en la búsqueda:
Desagrada en el recuerdo, no, y
atrapa triturando la cordura
o lolas aromáticas y cesantes
robustecen, proveen roedores calofríos:
Devuelven a la infancia.
Promueven los colores, su soberbia
y coles pasajeras:
Ya no paciencia, o mundo carne, o subterfugios
ni demonio ciencia por una oreja muda:
Si la vida no desmerece la pena
la esencia de la vida, esas orquídeas neuróticas
en el reservado donde las parejas como luciérnagas
sincronizan en el árbol + oscuro, de encendido,
entre los tragos amargos y dulces hielos
cuando no es claro que la pena desmerezca la vida.
Su aroma, su prestancia
el delicioso nostálgico averno
el aroma de pieles inocentes y tiernuchas
o caminos, porque la incauta niñez del coraje
luces, como
sorda obstinación de sabia
sapiencia o vida en la condenada persistencia
y no las orquídeas esa sorpresa, como certidumbre:
retracta toda huida.
Y llena de escalofríos: o llena de escalofríos.
Porque sólo escalofríos lo tiritan.
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