de: Si tan sólo existieras
LA BIENVENIDA
Del amor que
gusta tanto /y de su tierra/ había traído
su costumbre de
casual
Algunas imprecan
la envidia que prosterna
Es posible que
el cabello suponga algo más que ritos?
El escamoteo de
las promesas
La manera de
ocultarlo
El desafío
Una espada de
cristal en la salida
Algunos sucumben
al jadeo
La rucia desafía
la memoria
El camuflaje de
los círculos Los círculos mismos
Cotilleos
abultaron comentarios
No la esperanza
/ Extrañas historietas
Un presbítero se
da por no enterado
Al rastro de su
acento /que ingleses extrema pasó
como si aun
fuera por su isla: Vestida de miradas
La estéril
mente posa aquel silencio
que curvas
ansiosas prometen / y
deniegan
La conciencia
del olvido
como anticipo
del secar las hojas:
Huraño aquellos
ojos supieron /Si es que supieron/
Ese dejo que aun
retuerce
En días lodosos el tiempo oculta portentos:
Testarudos
viajeros a los pálidos mares
inciertos
descifran estudios
desatiempos displicentes
Una que otra
manera
Como reina de
corte imaginaria
Devoto de razas
que asumen sólo palmeras
Y sombras
O el sol
Mientras vean la
ternura de sus ingles
Cuando se haya
repetido el designio:
Qué será de su
porte desnudo?
Recordará el
viento las hebras del sueño / la caricia del tiempo?
Juntos
perpetraron la consumación de ese aullido
en Rockland
donde el amor
enloquece por designios
turbios /
cuasiturbios / transparentes
En realidad
fueron cuatro desazones
Aún hoy presienten /
y tenue:
El rumor de los instantes / y grave
Lo áspero de su mirar /
para nunca
La arena /
de su voz:
Nadie quiso
titubear lo prometido
Nada será si la
recuerdan
Ni el tiempo
sabe de su paso
No la historia
recoge su certeza
No hay escuela
que conturbe su silencio
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