martes, 19 de agosto de 2014

CANCIONCILLA y el Costo de Venta (la 3ra de Apuntes para una Scarlett)

 
 







de: Apuntes para una Scarlett


Cancioncilla y el Costo de Venta






3

De: (TERRA) en una nueva patria
al desamparo y la cesura
Enviado: Diciembre de 2002 33:41
Para:   'Scarlett ' o tu sombra, y áspera azurita de cielo
embarrilada como una angiosperma vivaz, simétrica
y tan raros tus visos de vainilla que cazan
y dominan.

Asunto: El costo de venta.
¿Olvidamos que lo gratis solo
propio del espíritu del inicio
de los sueños, las llamas
esas sombras que aún nos asaltan?:

Un asunto de familia
y una rimitilla añeja a la española

(donde el autor muestra su despiste y se abanica
con empeño y sarna)

Scarlitta: El tono y la forma anticuada
como gruñido plañidero, superficial
y desde el trabajo sudoroso o la trivial
utilitaria que nos rige, ¿quién podría
reacertar lo profundo del tiempo sumergido?

sombras para costeos directos
o las palpitaciones de una baba ebullida
indican, cuando en el recuerdo de los lirios
cuán pasado de moda puede
el correr de la sangre, el cansancio
llenándonos de barro las ojotas y los sortilegios.

Dejarse, en la luz, en materias que no
hacen al mercado, ni hacen a las orquídeas.

Eres la responsable que nadie se concentre.

Este último, en la lucha del azafrán que se
esparce con
la varianza moscada que concentra
en estar al día o te devoran.

No lo notas, porque el engullido se hace
otro, digerido por el hijo de la avispa.

En un bar como recurso
de última censura y tedio decadente:

No llegaste a la hora, la parrilla del inicio
entre la indiferencia y el riesgo:



CANCIONCILLA


Ella ya viene en camino:

y las horas se arrastran
como a las sombras el sol
largas delgadas amargas
cuando se estrecha el amor
al mercado.

Que ya viene.
Que ya viene.
¿Quién te lo detiene?

Con sombras vino el destino                   Ergo para la raya: futuro
ya la distancia no acorta
cuando enturbia el rumor
y el girar ya no transporta
esta noche hacia el amor
al mercado.

Que no viene.
Que no viene.
¿Quién te la detiene?

La madrugada ya vino
y al temblor de la mañana
donde más frías las sombras
¿Qué fue lo que tú esperabas
si es sólo el sol quien asoma?
Aparte de la troca.

Que ya pasó.
Que ya pasó.
¿Quién se la llevó?

¿Te das cuenta? Scarlitta
viniste con cinco siglos de retraso
donde el resplandor de lo semejante
aunaba las simpatías
y ahora globalizada
a lo menos, si no azul, en el llamado
de los cazadores de orquídeas
despistadas fanerógamas o poliedros
contritos.

La espera. Un bar de San Antonio
la que juega buenas pilladas, buenas como
cicuta y amaranta de por vida
prueba la justeza.

En definitiva, la Ale-A, la extraviada
de sonrisas, no llegó, no quiso amanecer
y consigo dormía la magia blanca
y robusta como avispas despistadas.

La que olvida y trastorna como jeroglíficos
consume y acelera, donde los ábacos
y el mercado, cuando las jugadas
pone tan a mano.
Como si fueras pan y mantequilla
o zanahorias despistadas en el ajuste por
cuadrados
como el “llame ya”, la delicia que compensa.

Quien relee, debe que tú serás comprensiva
porque la avispa no sabe su destino.

Espero que hayas limpiado
la terra, su virtual alegría
o esto rebotará sin esperanza, como
las amapolas sencillas y complejas
cuando todo se confunde en lo profundo
de toda superficie herida e imaginaria.

No quisiera anhelos inmerecidos
pero, aquel pegó azorado en el filo de la noche
cuando más desatinados de incautos
de brujas la palma obvia y contra dicha

escribir solo conduce
cuando el albur no tiene norte
o leer, como forma de integrales
y escribir de nuevo, o derivadas
y esto, en el mejor de los casos
o campos complejos de Gauss
para quien no profesa la experiencia.

Ah, pero el presente también es su pasado.
Porque el costo de venta no
rige, pero ordena el laberinto.




  
  

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