desde: Composiciones para un Barrido y un Fregado
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LA REAL COSA AHÍ
Esas ricas peleítas entre el materialismo y el
idealismo siempre han inquietado a los que se ocupan en algo más que de las
entrepiernas. Reconocer la profunda atracción de la orquídea secreta va por el
lado de lo que los vergonzantes cambian de nombre; afirmar que la carne debe
ser superada y es superada en el espíritu va del lado de lo risueño. Pero la
mayoría ni se ocupa de estas cosas: se dividen entre los que miran la cola o
miran la cara. ¿De qué lado perteneces uno? Desde que la Luna me envió con ojos
de espiral a interpretar el rechazo: no estoy para nada seguro.
(divertimento a modo de bostezo)
Interesado
andaba en ella:
(si medía
entre sus colores y terciopelos el calibre
de
los deseos truncos) le sorbía las esperanzas
y
frustraciones
hasta
que leyó, yo también
cuál la
única, la universal rosa real
lacios sus
pétalos, los huecos trajinados
el tiempo brillantes,
el espacio azul cautivo, llena
del espíritu dudosa,
o visión consagrada
o vuelos migratorios,
o conquistas
o los retretes y
saunas en filas y dispuestos
como batallón descriptible de
imaginativos pulgones
asaltando la rosa realista,
sus texturas
sus palabras que dan jugo
o ternura y cobran: como el fuego llamado
de
San Antonio con Bandera en la esquina de la esperanza
esos
caracoles a las profundidades del averno.
Ahora
sabemos:
sueñas
apaciguar un dolor, tan como apropiar un diamante:
sonidos
de sus irreverentes estambres atrapados
+
onto propios, más con locura la imagen
+ del
espíritu: (d)escribes cual emanación su cuerpo
sus
fugas y retornos ya con el seso completamente sorbido
y
tumefacto
esperanzados
complotando, soñolientos
leen
y no sospechan:
ese mago
de Hoz, secuaces las sombras
manos
etéreas, más clientes:
cual
oblíganos a subvertir para nada
el
intento de la belleza o la suprema horripilancia:
Ah, se
entiende por qué jugar con dados no quería;
evitando rosas que multiplican inciertas
como Russell
dispuesto a conceder la lógica
la invención
de lo real es la expansión al infinito
en silogismos
esenciales
o perturbaría
el equilibrio, las conciencias
completamente despreocupadas de las rosas
de lo
ron y lo tabaco
cual
corresponde donde lo económico
donde
la luna se apaga
y lo empírico:
lo sutil y bifurcante: impide el invento
o
palabras nasales y complejas que solo a media se
emiten.
Formas
de ayuda, dejos en las mentes
el
pensamiento rebasa
la
imaginación rebasa
recuerdan
un tiempo de locuras
ruborosas,
sutiles, mantecas que se apegan
a lo
revelado incierto
aquellas
confundiendo el unicornio con el perdido
el
real con el plebeyo, y a las filitas le hacen ordinarios
y
gentiles dados a recordar la maravilla.
Sospechemos
imaginantes
el
todo potencias agradece magnánimo:
no
por ello fulmina, pero ese lugar telequistético
al
cual condenado
ni la
Inquisición misericorde, sus almas bondadosas
puedan
salvar tan fogosa teoría
todo aquello que de alguna
manera (no importa cuál)
se hace presente directa o
indirectamente a nuestra experiencia
y convive de cerca o de lejos
con nuestra existencia personal:
¿Un
troll gozando una cuncuna en el banco de la beba?
Sí.
Sí. Sí.
¿La
Sandra que regresa tan cierta, tan imaginada?
Sí,
Sí. Sí.
¿La
afirmación que en el principio eran ruidillos?
Sí,
Sí, Sí.
Maestría
en la muestra tan reducida: más creíble
referir
aquello que no cansa
lo
que afuera queda a resguardo: y los magots
gloriarán
displicentes:
la de
ellos, la del asalto, los pulgones invasivos
y las
cucarachas témporo-espaciosas serán reivindicadas:
mmm
Ovejas
de lana real, el aventurero novelista
creador
de reyes y secuaces, balan agradecidos:
El
unicornio se auto reconoce.
El
cantautor lo recupera.
Deja
de sufrir.
Sí.
Sí. Sí.
Al
suyo, al azul, y también sería como sintaxis concreta
nada
pre-o-post-fatalista, su mucho colorado y expertos: esgrime
agradecido
miradas a la luna.
Y él,
orgulla darle su raspa vientre y delirio
ese ingenuo
de las sombras movedizas:
el
que arriba rebuzna o carcajea, respetuoso
un
poco lo apartan / le hacen espacio cotidiano
acomodan
palabras torturadas.
Sí.
Sí. Sí
Mash
y Avenarius quedarían año-videos o compactos.
Nadie
vendría en ayuda: o la palabra renuncia
montar
su Pegaso, su a pesar de reales
en
nuestra personal existencia de asaltantes de la luna.
Sí.
Sí. Sí.
Vino a salvarnos.
Y es
falso, de falsedad irreal, que lo real sea respuesta
perenne
e insoluble mientras existan las herencias que imaginas:
Sí.
Sí. Sí.
Lo que
imaginas, una elfa deliciosa
Una
tarántula erótica
Una
orquídea a medio camino:
No,
No, No, eso no.
La
historia de las parrafadas agri-dulces
ero-mágicas
en la niebla del recuerdo
como
dice en 22 sin cansancio
ya lo
resuelto en el 21, con displicencia
afortunadamente
para nada, le suman veinte
estratos
de Walkirias, sedimentos de Uríes
Ninfas
aquelarres.
Y pregona
un extrovertido plato de curiosa
avena
instantánea
imaginaria
leche cuajada: o a lo menos: ideal azúcar
que no
engorda.
Hambre
acojonante
:
donde el dibujo muestra
y decidan
cuál
de los dos, y cómo lo hace: el 2.0 o el a luca.
Ahora
comprueba: fiel no será, y llora y sonríe.
La
Suprema
divierte,
arrastra, suplanta como colaless aventajado
el
arte, la culebra
esos
invitados de la nostalgia
plato
rebosante de olorosa porfía en el designio:
Nadie
nadie
habrá que pueda
nadie
para negar cuán reales
cuán
olorosas rebosan supremas
esas
achicorias carnívoras y hambrientas:
Sus
más auténticos y sumergidos estratos
la
ficción:
la
real, la auténtica, la superior:
la
cavernícola
y si
te pillan jugando con ventaja
cortan:
la curiosa, el exhalante atributo del misterio.
Absorto
husmea por ella. ¡Qué va!
La
Luna llena / alumbra el camino de su olfato.
Le
roban el celular: ¿y ahora cómo llama
cómo
implora a la infancia por venir?
Sí.
Sí. Sí.
Experiencia.
Existencia. Realidad.
Porque
las orquídeas imaginarias abruman
tanto como las reales cuando en celofán en mitad de la vida.
tanto como las reales cuando en celofán en mitad de la vida.
En definitiva: las cosas siguen muy confusas, y es una
lata soberana comenzar por resolver qué es la cosa: mejor, mucho mejor, continuar
con los fatales atractos. Al menos sabremos
del camino, y hasta, tal vez, nos perpetuemos: cosa que debe dejarnos completamente
impávidos: ellos ni lo agradecerán siquiera.
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