desde: (in) Precisiones e Incertidumbres
de esas Certeras y Subjetivas
de esas Certeras y Subjetivas
21
¿QUÉ ES?
La raíz cuadrada
amarilla del quark uno menos,
ese romántico
indeciso, ese siempre demorado
(¿o era el uno y
tanto aquel remolón?)
ayer tenía sed,
tenía mucha desidia,
se enoja porque su
gata cuántica, torpe, no ronronea
cuando la
acarician en su signo cuadrático
como debido a la
tinieblas del placer
en los numerosos
momentos de la espera.
Desplega una cierta
sed de brisas ansiosas
sueños
descoloridos
y el escote
ensangrentado.
Esa puerta
indestructible, eterna en la carencia de dicha
sus misterios-inscripciones,
su sombra sin cerradura
esas que navegan
los pensamientos
el arcángel
Miguel infunde pavor a los Demonios
las carencias
rehuye, las cuentas impagas machaca
y descuenta como
réditos.
Es la puerta, la
puerta estela del inconmensurable Marcos
abierta en medio
la neblina
dejó cerrada –
nadie podrá negarlo si bien observa –
Don Panza,
escudero su flaquísimo, el Sancho
esta noche
vendrá ostiones a comer,
su más cierta
ventura y destino y dichos de la tierra
Señor, con su
olfato descomedido, lleno de refranes
no lo ahitan, rechazado
por la esposa?
Pasa que ya los comieron
y a la retirada
y llega terrible
y desatan las estancias de vientos
callados: ruidos
aromáticos, oligofrenia temblorosa.
Y ciertamente no
sería su presente habiendo anulado el convenio
y, además,
muerto de enojo en medio del derrumbe
los sueños y las
murallas del escarnio seguro cuelan
la puerta del
Marcos embobados
esos gallos rojos
/ sus destinos versiculares
cuando no
quiquiriquean a plumón desaforado
invitan pavanas
de zinc, colorado brillante, esplendecentes
nacarados,
apabullantes, llenos de presagios
cortadas en su
inicio, hado trágico
abominan del
Pedro petrificado de espanto
porque ya entregada
siete veces su alma,
y la tuya, y la
de ella: Oh Venid a ver esa venta desatada.
Mañana lo
servirán aditamento de pava entumecida
señor
irreprochable, su amada imaginaria lo prepare
y a su sombra no
le guste el agrado
aunque rechupete
los imaginarios alambres
los bigotes y delicias
de la cena interminada:
Españolas
patatas a la luza anda como secreto
chilena chuchoca
empalmando la certeza y el abandono
y dulces
muchachas rubias
con uno que otro
terco tuerto o cadencias lumínicas
en el polvo
a imitación de “verso
y perla y pluma y flor”.
Bajo la sabiduría:
la receta que legó Simón Pedro
su piedra
fundadora, la más evidente jugada en granate
y armiños.
Horas después el
solfeo torea: Lo descomponen
Oh Mi Señor
Osiris, pebre el hermano cuaternario
baratijas
célebres que ofertar en los mitos:
Su hermana amante,
la más excelsa pasión en desvaríos.
Esposa de
terciopelo y cierta profecía, restituido
esa voz
susurrante o llama candelabro
que es como si
Dios engendrara en su propia criatura
violencia deliciosa
para provecho del estatus
palomas
agoreras, higueras exhaustas, proféticas
la saliva cuántica
la gata compleja que sí ronronea
o carne de cañón
para ser resucita al tercer día.
¡Oh, ser
resucita! ¡Qué dicha! ¡Cuán esperanza!
Vencedor de la
muerte, aseguras el sustento.
El renovado
plato
ostiones
certidumbres de perlada metafísica
nuestro pan,
vuestro vino, tu apretado columpiarse densificado
de preñeces y
quietudes y lúmines de lumine en el rellano.
Y lo comes y lo
bebes, y rematas el dominical sacrificio
presagiando el rejuntamiento
del polvo con sus huesos, los de ella,
carne
millóntuplicada, caminos tejidos y azarosos
al modo no
contradictorio más certero, más rítmico, más yoico:
Esparcida en la
nube como hongo.
¿No han sido los
átomos desde siempre compartidos?
¿No son las
cabinas telefónicas desde siempre visitadas?
Y más donde sirven
de refugio o son radioactivas a la buena.
Todo átomo por
carencia sirve de vivo subterfugio o arena
a las creencias
menos probables, más consoladoras,
ciertamente tan
certeras como imbunches deliciosos.
O al menos los
quarks estarían para aquello
para endilgar
sextetos sonantados, complejos
y magistrales:
que nadie escuche y todos hablen.
Por eso. Por eso
esperamos no regresar a la forma
el momento
decrépito. El lento desastre no
conduzca al más
largo oprobio, al oprobio más certero.
Volver, volver a
las que tenías justo cuando la Paula
coloquiaba
atardeceres y otras novedades del oficio
sus
pensamientos:
Aquellos que infunden
el terror de la puerta navegante.
Sus últimas
palabras telefónicas: vivas.
Ah, el actual Rey
de Francia, que no es calvo
a pesar su
excesos en testosteronas y caviares
como todos saben,
no impide ese desarrollo, real
y crudo, mientras
ayude a solazar
algo cocido, algunas
“almas a la parrilla”
el caño de ese
cabaret, dicha y compañía o recuerdos.
Dibujadas con
lápiz de labios
y placenteras,
y sollozosas.
Y regias, verdaderamente regias, reales, patrióticas.
Sí. Sí,
¿qué es un
pequeño desvarío para prueba
o monumentales verdaderos
que a nadie importa
y a penas
resfría: no más que asuntos sin importancia
si el tiempo se
agota y no hay ni siquiera un poco de yapa?
No hay comentarios:
Publicar un comentario