sábado, 28 de septiembre de 2013

Y EN EL CENTRO DEL MUNDO HABÍA UNA esperanza /de: Carteros atrabiliarios Dulces Energúmenos/

 
 







Y EN EL CENTRO DEL MUNDO HABÍA UNA esperanza





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No     No ofendan ni murmuren
si hubieran rechazado la gracia    entonces desterrados
entonces al sueño diurno / a las delicias de las nubes
a las tinieblas de los quesos y los murmullos de las ostras
constatarían las seguridades del destierro

También aman caricias de chanel
También aman el monumento a la torre    también odian
los negligés dorados
donde lagunas quietas imponen su destreza

Esa doble B desnudísima              verdadera noche afanada
aquellos gemelos                           apuntalados a media pierna
aquella mojada camisa                   insomne como lagarta
aquel jazmín despiadado               empalagoso en su empeño
como una cortesía salpicada           de escamas
                                                     prueban
la imposibilidad de la derrota

Y en la penumbra
quién no recuerda esa escalera
larga y corta
jadeos que el cielo habría a nubarrones
dormilones pero despiertas las conversaciones
los glúteos dediosa más que embelesada a la sombra
vibrantes algodones
cautivas las ansias de salir curtidos o raleados
fruncimientos de labios húmedos          crepusculares
blusas tersas         baby dolizados demonios al aguaite
de los resultados celulares
Mensajeros pajosos de mezanina percuden y abisman los resultados

Y recién creada
la respuesta sin ni una pregunta que indique
la rutina
sin ni una esperanza en atrapar
la dicha

Ay ay ay angelitillo diestro

Él también no más que otro con su cola quebrada
con su en busca de plumas al vuelo

Su encuentro en sonrisas enigmáticas
presagiaba la esterilidad de las plumas
arrumbado en el desván / porque no supo avanzar a tiempo
ni cortar diestro los recuerdos del abandono

Hoy serían que alemana
paseantes por Chile o hasta Rosario
olvidando los números Remeciendo las cajas
Hipnotizados contratantes de magia andrógina
o despilfarros suculentos
Rondando la impotencia de los más curioso desatinos

Ah     pero la luz          Siempre la luz
Siempre habrá luz en los infiernos








  
  

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