Y EN
EL CENTRO DEL MUNDO HABÍA UNA esperanza
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No No ofendan ni murmuren
si hubieran
rechazado la gracia entonces
desterrados
entonces al
sueño diurno / a las delicias de las nubes
a las tinieblas
de los quesos y los murmullos de las ostras
constatarían las
seguridades del destierro
También aman
caricias de chanel
También aman el
monumento a la torre también odian
los negligés
dorados
donde lagunas
quietas imponen su destreza
Esa doble B desnudísima verdadera
noche afanada
aquellos gemelos apuntalados
a media pierna
aquella mojada camisa insomne
como lagarta
aquel jazmín despiadado empalagoso
en su empeño
como una cortesía salpicada de
escamas
prueban
la imposibilidad
de la derrota
Y en la penumbra
quién no
recuerda esa escalera
larga y corta
jadeos que el
cielo habría a nubarrones
dormilones pero
despiertas las conversaciones
los glúteos
dediosa más que embelesada a la sombra
vibrantes
algodones
cautivas las
ansias de salir curtidos o raleados
fruncimientos de
labios húmedos crepusculares
blusas tersas baby dolizados demonios al aguaite
de los
resultados celulares
Mensajeros
pajosos de mezanina percuden y abisman los resultados
Y recién creada
la respuesta sin
ni una pregunta que indique
la rutina
sin ni una
esperanza en atrapar
la dicha
Ay ay ay
angelitillo diestro
Él también no
más que otro con su cola quebrada
con su en busca
de plumas al vuelo
Su encuentro en
sonrisas enigmáticas
presagiaba la
esterilidad de las plumas
arrumbado en el
desván / porque no supo avanzar a tiempo
ni cortar diestro
los recuerdos del abandono
Hoy serían que
alemana
paseantes por
Chile o hasta Rosario
olvidando los
números Remeciendo las cajas
Hipnotizados contratantes
de magia andrógina
o despilfarros
suculentos
Rondando la
impotencia de los más curioso desatinos
Ah pero la luz Siempre la luz
Siempre habrá
luz en los infiernos
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