viernes, 18 de mayo de 2012

CANCIÓN DE AMOR DE UNA ROSA DESPUÉS DE HABER RECIBIDO UN INJERTO DE COLMILLO EN LA RETINA (de Composiciones para un barrido y un fregado)

  
  








(desde: <Composiciones para un barrido y un fregado)

 
 
 
CANCIÓN DE AMOR DE UNA ROSA DESPUÉS DE HABER RECIBIDO UN INJERTO DE COLMILLO EN LA RETINA
  





 
INDECIBLES
 
  

Ay, en su espacio negro sólo sabe de perfumes:
Aquellos donde minerales son mucho para idilios de pasada:
Cualquiera destas rosas no manifiesta más que margaritas
y su aroma a lozana y su olor a jugosa
según el momento del idilio:

Considera el perfume de la rosa
          concéntrate, no es tan difícil
-le dijo el sabio- por su terciopelo:
No jolgorios sería, ponernos quejumbrosos
          aunque despistes
desterrar el sol de los jardines no nos acercaría.

El terciopelo afanaba su costado:
sólo sin sus espinas renacería doloroso.

Pero ella quiso jugarle la dalia negra
          negras de nacimiento en luto
y la fresia fundada en la sospecha
          en el círculo de intrigas o astutas
del ranúnculo revuelto con la ráfaga
          como ronco ruido rencoroso
la azucena podrida en la conciencia.

Silencio.

Ella querría extrañarle de la camelia ciega
          su perfume en la blancura
la fuccia muñeca de la danza
          y de los piojos
o del lirio ritual:
          calendarios y festejos
          para un baile de espejos incendiados

y de la orquídea cremosa a chantilly o tercas.

Silencio.

De la rosa:                          No.
No quiere hablarle de la rosa.
Ni siquiera de las rosas pendencieras.

Tal vez de la flor maracuyá, su apasionada forma
                                                                    de mostrarse.

¿De la margarita?

Estaba ensimismado el pretendiente
en el perfume ambiguo de la rosa
          de la Rosa Cruz prima de los santos.

Y la rosa comprendió el significado del pez y la costilla.

Él no quería una rosa / a la que pudiera meterle
sílabas / a sus pétalos:

          soñaba
un invisible perfume inefable:

          inodoro           Ah las fuccias
          incoloro           o sus tenues ideales
          inocente           antes del delirio

incorruptible        Lusbélico después de los aprietes
insípido               querúbico contra el mito y la cosecha
inescrupuloso:     Deshojando margaritas
importable           A la izquierda de Dios.

Lo remeció fue el remedio:
Fuera su olor rancio de insoportable timidez.
Su gusto relamido.
Que en otros fuera prado pedregoso
sobornable pureza de las formas.

Se casaron.
Algo quedó en paz en el Jardín de las rosas pendencieras.

Mi molinera decía él.
Mi cieguito de nacimiento, ella.





  
  


 

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