A ir a dar a: Cuestiones del FaceBook y otras tripas
¿Y
qué si los perros no ladran? La urgencia de falderillos debe ser proveída. Es
de caridad lastimera asegurar el movimiento. O Hércules fracasa ante los
establos. Pero, ni aunque Nietzsche enoje, una piedra de molino debe serle proveída /a su cuello: así flote.
MANIPULACIÓN TEXTUAL en el Puerto Las Delicias
Había
una vez resguardado
como
también espada
flameantes
por el destierro había
y
una bandera de huesos y un parche
y
flanco pedestre en esa ladera de la lluvia
ufanando
el monarca de su
pequeño
imperio // anclado
en
rocas a la deriva
comanda
y obedece velas de satén
caprichos
siervos y amos
y también esos meos de gato por do quier
cual
entramado de sonidos que ama y pavona
pues
había / igual o idem / debajo del Morro
donde
ni una orquídea florece
ni
nadie perturba la profundidad
del
desvarío
y cada quien sueña los ascensos
en
el flanco
de
esa ladera de la lluvia subvertida
o al menos imaginada
sin osar
sin decir
sin mover
sin dar paso a la cordura
/una aburridísima sarta de comandos
y cabriolas
Muy
Atildado embullía con parsimonia:
engullía
con aprender a subir
y atosigaba
los enclenques sonidos
solitario creyendo
se el escogido
como caído si del caballo se hubiera
muy
lejos de esa ladera de la llovizna
donde acumulaba
registros como rosarios
como osamentas cautas
torturas
como figurando el
prestigio en leseras
O DUDA estremecida cuando nadie
emprendía el arrebato
Consiguiente
mente a los postres:
¿Cómo
elevar la altura de esa otra bandera?
cómo
tentar al infinito ese otro dominio?
Preguntaba
se en la compulsión de la grandeza
en
el flanco de esa ladera asentada en
medio del puerto
como
espejo inclinado
el
por qué de la demora
el
por qué esa parte pedacita del fundamento
ya
cuando solo mayores y menores
en
ofusco completo de la norma
otro
machuque si no la gloria
otro
hedor si no el aroma
otra
reiteración si no el sueño
y de
envidia en envidia
a
ser otro / llamado era resguardar
indeciso / la falta de coraje
en
medio del goteo
en
medio a medio del anclaje
como lastre a la aventura
y para
para acumular /
y reta
por entradas cual muestras de éxito
o llegadas afirmando
la detención de la vida
que
no el desarrollo y sus riesgos
si
no lo detenido y muerto
como
ante redondo y eterno
y en
cada intento: si no cauto
disciplina
de quietud y silencio
y
en cada intento
desarma
la cadena en medio
esos pontones de basura
y
en cada intento
descender
sexo a sexo abominado
sin
nombrar ensortijados que no es de
clase casta:
destacar
los vellos del pubis
las
cicatrices
esa
de la chubasca LADERA que lo obseda y
arruina
Arriba
en la sima espera ese
cada quien debía aprender a bajar
pues
el
costalazo imaginario es más gravoso
más
insigne la pesadilla
más
si a caballo con alas
más
si como hecho grabado EN rúbricas
más
como diablo que no sabe a pesar
de
la neblina en la ladera empecinada
en
la autografía de los sueños
comprar
la cresta y sacar el estruendo
la
cordura / de las pesadillas /
relucir
los abolengos de la derrota:
celebrar
la Lou invitando a la punta
mandar
todos a la ladera desprovista
en
un dos por tres
depilar
los ya dichos con láser y plática:
y
que nadie nunca hubiera caso
y entonces / resguardaba
y
entonces / menos bandera
y
entonces / menos rúbrica flameante
menos
manos
más
entrepiernas constantes a ese ayer
a cada debí, a quien, desaprende la
permanencia
anclado
en medio del puerto
en
medio lo oculto
las
raíces en la gotera
que
no llega salvo como reiteración de la nada
ya
sin quién siguiera su partida / le esperance
como
paraíso artificial / como donde asentar
la
sombra del destino
como
su piratear corsarios aburridos como capitanes
de
la pachorra correteados
como
grumetes lánguidos
anonadados
por las laderas / que sombras pudieran
hacerles
ver como azafatas de fierro
en
las aguas que no escurren ni como llanto
y
seguía cauto
o
bueno o precipita en el vaso
/o
un ascenso en la corrida
para
eterna gloria del albricias triste y aterido
porque
solo /enunciando la espera
/ llegaría
a poderoso
pensaba
mientras la ladera azotada tanto
empantanada
y anclada y barrida
tanto por la torrentera llamarada
del aviso
o la espera que eterniza
y
ella teniendo a quien seguir
y
mentar y admirar y enternecerle
la
entrepierna escurridiza
para
seguir y seguir y seguir
sin
nunca acabar el intento glorioso
alguien
a quien seguir
pero
mejor seguir a un bello
menos
y lo publica jubilante
y
azerejé impávida
y
ya en el puerto achacada
en
cambio: se torrencialmente resguarda
de
miles y miles de intentos anunciados
como
esas marchas que reiteran una promesa
y
nada logran
ni quiebran los
vidrios espasmódicos del encanto
ni pudren la permanencia porque una sandalia no presume
deberes
ni osadías
ni la grandeza como
dalias atemperadas
en
las ráfagas misionera
ni la más definitivas orquídeas
en la aventura
y
caza de llanto
ni la más muestra de
la flaqueza del Corsario
ni de lo inmenso el
desborde en el recato de amaras
la subida esas
hormigas pendencieras
la espumita los
cuervos que ya ni crían
el costalazo si
los pernos no atraviesan las muñecas
y lo aburrido de
esperar una muerte tan lenta
por
lo cual debes solicitar nada de SS
ya
muy de capa caída
para
entonces completamente confuso
ya
cucarro:
a
ese debieron el muro permanente desalojar
la
mente de todo resguardo
con
ella haciendo la triste
la
que no toma partido
la
pura en el filo de la ladera y su escritura
las
argucias / el hombre que carcajea
y
sus cuatro ayudantes o más bien lerdos haciendo la subida
como
el quino que no apunta
y
el padre y el hijo que no tiene
y
esos dos solitarios que el ombligo miran
y resguardan en
la fila de conejas
y celebran el
momento de esperanza
y marcan / en
la misma ingle del acoso
y urden como
pedales desprovistos
y el trac trac en
medio de olmos altaneros
y la estepa siguiendo
de cuartito en cuartito
y el
espíritu no muy santo
el
muro el muro
y
guateaba en medio del privado
y gateaba en retroceso
y desapareció a la cima
y dejó a la interna que lo
atendía
con un palmo de narices:
Porque siempre resguardaba de
todo riesgo
de llegar a las alturas / de
cualquier chubasco
a capear en la ladera:
pero sigue allí anclado acumulando entradas
para jolgorio de los que llegan y no llegan
o simplemente miran el circo
La fantasía paranoica la luz que envuelve
inexistentes piedras desde lo oscuro, acechan, eso invisible dirige, el ego
exacerba la ladera. No hay otro destino en la espera más que centrar cualquier
desliz lateral que abra la derrota. Sólo el centro de la vergüenza pudo haber
sido avizorado. Sólo del centro existe la importancia para esas gotas aullando referencias.
Usted es un canalla, dijo, y ni siquiera perfecto.
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frf
dic 2011
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