A
veces nos da por experiencias cuando, más sabido que la Inquisición, esa Santa
inmácula católica apostólica y romana, las lecturas también son jugarretas: Que
muy sabido, royos para el eterno principiante de olvidos, las plumas a la
batayola: Ola Hola Ola No así, decía su hermano, quel queltegüe tiene patas
vadantes vadantes o no es más que cuento.
F A B U L A M I E N T O
Imaginan
qué maquinó el casador en lo más oscuro
de
lo solo
después
que al perro su
rival en la maceta
le
infló de oro la barriga? camino
del mercado?
Era
el tiempo de la espesura. Era el tiempo de las heras.
Era
el tiempo de las nieves.
Relamió
a la Cenicienta Esa pobreza santa
día
tras día exquisita
y
hasta en los recreos destinada
al cielo
terreno
del jolgorio
para
su eterno resguardo su entronación
del
tesoro perdido su delirio
exquisito
su tan
malamente guardado
Cuando
el bosque de la dicha por el camino de la ciencia.
Plagado
de manzanas enanas y unanos dichosos.
Con
la cesta ya vacía: En
maldición de la
costumbre
vomitiva
y rancia
La
brujita miraba dichosa en el espejo su
flacura
su
más hermosura
su
reciedumbre
de
esqueleto
O
la casita en la pradera.
Los
zapallos. Los zafiros.
y
la roja reía Ni
una queja
relamías
los colmillos
ayyyy
ayyyy ayyyy extasiada
recordando
al puerquito esa vez
primera
y
el delicioso susto que le metió según
los sabios
en
las entrepiernas del
inconciente
Para
edificación de las pequeñas.
Larga
vida las campanas. Dichosas las nieves.
Envueltas
en sus capitas.
Y
prometió repetir los desconsejos El
hartazgo
a
la pata de la letra del
absolvo
Moraleja:
Cuidado si no tienes
de tus avances otros
cosecharán el partido.
Y si llegas a la edad de
merecer
mejor te desahogas con una
cura.
(De esas sanadoras o pulentas).
Y
por supuesto que seremos pillados con las masas en las manos: en lecturas de la
literaria XX del siglo de la crítica: que ya cuando edificantes nos llenaron de
historietas de construidas, pequeñas y cachondas para la moralética del encausamiento.
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